Pavese y la huidiza unidad de la vida


Cesare Pavese (Santo Stefano Belbo, 9 de septiembre de 1908 - Turín, 27 de agosto de 1950) es uno de los escritores italianos más importantes del siglo XX. En 1935 fue confinado por sus actividades antifascistas; al salir de la cárcel, publicó su poemario Trabajar cansa y empezó a trabajar en El oficio de vivir, un diario literario y existencial que seguiría escribiendo hasta el final de su vida. Este título forma parte del selecto panteón de diarios de escritores de todos los tiempos, junto al Libro del desasosiego de Fernando Pessoa o los cuadernos de apuntes de Elias Canetti, entre otros; como ellos, abunda en reflexiones de carácter aforístico, en la línea de los moralistas franceses clásicos, aunque entremezclados con materiales muy diversos: anotaciones y reflexiones sobre sus lecturas, divagaciones diversas, confesiones íntimas, etc. Sin embargo, el aforismo le permite plasmar, de un modo más o menos lapidario, sintético y apodíctico, ciertas evidencias que se le plantean en su incesante reflexión sobre su vida y sobre sí mismo. Temas como la juventud, la muerte, el matrimonio, el heroísmo o el fracaso se insertan en una vasta indagación del sentido de la existencia personal, la cual se le antoja como un reto a elucidarlo en términos de unidad, de coherencia profunda, incluso de "personaje". La decepción de no alcanzar esa unidad, que se constata de continuo en sus notas, parece ir empujándole hacia la puerta de salida, hacia la cual se había encaminado (no se sabe si de una forma totalmente inconsciente) a lo largo de toda su vida. En los textos que aquí presentamos, traducidos por Ángel Crespo y revisados por José Luis Trullo, ponemos al alcance del lector algunos de los aforismos más bellos y profundos de El oficio de vivir, de Cesare Pavese.


Las cosas se descubren a través de los recuerdos que de ellas se tienen. Recordar una cosa significa verla -sólo ahora- por primera vez.


El origen de todos los pecados es el sentimiento de inferioridad, llamado también ambición.


Antes, el poder servía a las ideologías; ahora, las ideologías sirven al poder.


Este es el secreto de la felicidad: asumir una actitud, un estilo, un molde en el que deben caer y modelarse todas nuestras impresiones y expresiones.


No nos libramos de una cosa evitándola, sino pasando por ella.


Escribes para estar como muerto, para hablar desde fuera del tiempo, para convertirte para todos en un recuerdo.


Nada se suma al resto, al pasado. Volvemos a empezar siempre.


Conservo el optimismo: no acuso a la vida; soy de la opinión que el mundo es bello y digno. Pero yo caigo.


La única alegría del mundo es comenzar. Es bello vivir, porque vivir es comenzar, siempre, a cada instante. Cuando falta ese sentimiento -prisión, enfermedad, costumbre, estupidez-, querríamos morir.


La única regla heroica: estar solos, solos, solos. Cuando pases un día sin presuponer ni implicar en ningún gesto tuyo la presencia de otros, podrás llamarte heroico.


Quién sabe de cuántas maneras diferentes veré todavía mi pasado y descubriré en él acontecimientos insospechados.


A quién no se salva a sí mismo, nadie puede salvarle.


La riqueza de la vida está hecha de recuerdos olvidados.


No hay un 'ver las cosas por primera vez'. La que recordamos, la que advertimos, es siempre la segunda vez.


El pecado no es una acción en vez de otra, sino toda una existencia mal ensamblada.


Verdaderamente tuyo es sólo lo que vuelve a ti infinitas veces en la fantasía y no puedes dejar de soñar.


Madurez es aislamiento que se basta a sí mismo.


Los dioses, para ti, son los 'otros', los individuos autosuficientes y soberanos, vistos desde fuera.


Cada época de la vida se multiplica en las sucesivas reflexiones de las que le anteceden; la más corta de todas es la vejez, porque no puede ser repensada.


Lamentarse es ceder ante el mundo.


Es ley de vida que sólo se 'goza' aquello a lo que uno se abandona.


El verdadero fracasado no es aquel que no acierta en los grandes asuntos -son muy pocos los que lo hacen-, sino en los pequeños.


En el fondo, el secreto de la vida es hacer como si ya tuviésemos aquello que más dolosamente nos falta.


Hay más rutina en las aventuras que en un buen matrimonio.


Querer matarse es desear que la propia muerte tenga un significado, sea una suprema elección.


¿Será lo bueno de viajar, simplemente, este redescubrir el lugar que nos es propio?


Si la realidad es siempre igual e inmóvil, ¿cómo es que somos siempre diferentes y móviles?


Ante la muerte, no dura más que la bestial conciencia de que todavía estamos vivos.


Hay algo aún más triste que no materializar nuestros ideales, y es hacerlos realidad.


Cualquier género de fervor lleva consigo la tendencia a sentir una ley preestablecida en la vida, que castiga a quien lo descuide o abuse de él.


Ser joven es no poseerse a sí mismo.


Los suicidios son homicidios tímidos.


 Libros al Albur



Felix Trull: memoria y aforismo

En su reseña sobre el libro Metas volantes, de Felix Trull, el poeta y aforista vasco Juan Manuel Uría destaca que el autor "nos entrega una foto -no fija- del ser, de su ser histórico vertical y horizontal (no podemos escapar de las coordenadas), un remedo de memorias donde reparte la panoplia de temas existenciales que nos son propios, iluminándonos por mor de su palabra inteligente, tal como el relámpago ilumina al caminante perdido que ve así, por fin, todavía muy lejos, pero allí al fondo, la puerta anhelada (e inalcanzable)".


La duda sin complejos de Felipe Valle

Sobre un dolor mil veces reflexionado germinan los poemas, ensayos y narrativas de Felipe Valle Zubicaray. Pudiera parecer que su relación con los aforismos le revela como un chulo de certezas, pero lo cierto es que duda sin complejos. Borges diría de él que es inteligente porque duda. Quien suscribe añadiría que duda porque muere en cada palabra escrita. De sutil descaro se convierte en provocador de guillotina, donde primero se escribe lo que se siente y luego tal vez se lee lo que se piensa. Lo que son las cosas provoca en quien lo rastrea a golpe de clic ganas de más batalla. En este exótico diccionario, Felipe nos deja una vez más solos y a la intemperie para invitarnos a liderar el pensamiento propio estimulando el debate crítico y regenerador.


Vicente Verdú: seremos humo

Vicente Verdú (Elche, Alicante, 1942), sociólogo y periodista, ha utilizado las posibilidades de acceso universal que ofrecen Internet y sus redes sociales para escribir los aforismos que publicamos a continuación, en los que el reflejo del instante no está reñido con la reflexión moral, crítica, a veces dura, de la vida de nuestro tiempo, el vuelo poético, la crítica a los medios periodísticos, el apunte biográfico, político o el juicio estético. Presentamos un ramillete de aforismos que nos permiten pararnos a reflexionar en medio del camino de nuestra vida virtual, en la que este tipo de pensamientos en voz alta a todos accesible es de agradecer.


El aforismo español ante el siglo XXI

José Ramón González, el mayor experto español en el género del aforismo, analiza en este brillante texto la situación actual del género en nuestro país. En él, destaca que "en los últimos años el aforismo español se ha consolidado como pieza significativa en el sistema de géneros, alcanzando una visibilidad nada desdeñable en el campo literario y en el mundo editorial. Se trata de un auge aún precario, sin duda -especialmente si lo comparamos con géneros tradicionales bien arraigados-, pero ya de innegable entidad. Las cifras de libros publicados lo confirman fehacientemente".


Las misantropías de Benjamín Barajas

Benjamín Barajas (Michoacán, México, 1965) ha publicado los libros de creación Divagando en la voz [UAM-I, México, 1987]; Tadrio (Verdehalago, México, 1992); Empieza el aire [UAM-A/ Verdehalago, México, 1996]); Luz de la memoria [Ediciones del Lirio, México, 1988]; La gracia inmóvil [Ediciones del Lirio/ Tinta Nueva, México, 2002]; Mirada adversa [Tinta Nueva/ Unidad Cooperativa de Refrescos Pascual, México, 2002]; Escafandra [Universidad Autónoma de Puebla, México, 2004], Microensayos [Ediciones Tintanueva, México, 2004]; Pasión encerrada [Raíz del agua, México, 2007]; Poemas de agosto [Doble Sol, Buenos Aires, 2008]; La terquedad relampagueante [Ediciones Arlequín y Raíz del Agua, México, 2009]; Breves autopsias [Cuadrivio, México, 2013] y Jardín minado [Cuadrivio, México, 2015]. Los aforismos que reproducimos a continuación pertenecen al libro Misantropías, que publicará en breve Libros al Albur en formato ebook.


Gracián: una brújula de bolsillo

Oráculo manual y arte de prudencia (1647) es una obra literaria perteneciente a la prosa didáctica de Baltasar Gracián en la que, a lo largo de trescientos aforismos comentados, se ofrece un conjunto de normas para triunfar en una sociedad compleja y en crisis, como lo era la del barroco, contemporánea a nuestro autor. Este “arte de prudencia” escrito por Gracián ha tenido vigencia en la actualidad, como lo demuestra el hecho de que se realizase una versión al inglés, titulada The Art of Worldly Wisdom: A Pocket Oracle,  presentado como un manual de autoayuda para ejecutivos. El Aforista publica una selección de los aforismos de esta brújula de bolsillo, perfectamente vigente para los tiempos que corren.


Hoffmansthal: el alto efecto del misterio

Hugo von Hofmannsthal (Viena, 1874-1929) fue un poeta, dramaturgo, narrador y ensayista austriaco que perteneció a una familia aristocrática de banqueros y recibió una excelente formación en su ciudad natal. Cosechó una temprana reputación con poemas líricos, aunque abandonó pronto la poesía para consagrarse al drama y a la ópera. Los aforismos que acogemos pertenecen a El libro de los amigos, publicado en traducción de Miguel Ángel Vega por la editorial Cátedra (Madrid, 1991), y muestran a un autor conocedor de la gran tradición aforística occidental, en la cual se inserta de manera brillante con sus frases densas de sentido, profundas y meditadas.



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