Aforistas españoles vivos: un suculento y nutricio menú degustación


Elías Moro.- Como un suculento y nutricio menú degustación ha sido mi lectura de este Aforistas españoles vivos que Libros al Albur ha puesto al alcance de los lectores aficionados al género. Un espléndido menú de once platos sabiamente combinados en los que, en variadas dosis y tiempos de cocción, y picando de aquí de y de allá, se paladean todos los sabores conocidos, si bien, al menos para quien esto suscribe y acaso producto de los tiempos que corren, lo ácido y lo amargo se llevan la palma.

José Luis Herrera, quien en su breve pero enjundiosa introducción a este volumen intenta dar respuesta a la difícil pregunta de ¿Qué es un aforismo?, ha reunido un surtido y espléndido ramillete de autores (11 en total) que ya habían dado muestras más que notables de su talento en la escritura de estas perlas de pensamiento concentrado. Entre esos once autores, y como no podía ser menos, se ha dado un amplio espectro de pensamientos y posturas ante las cosas de la vida. La variedad formal de estas reflexiones también está presente en la escritura de este menú interminable donde los ingredientes se complementan en un espléndido maridaje: desde los súbitos “relámpagos” -¡cómo me gusta esta definición!- de Eder, Morante o Molina, donde la más depurada concisión parece ser la máxima de la máxima, o los de corte filosófico de Neila, hasta esos otros más desarrollados en su argumento de, por ejemplo, Pérez Antolín, Catalán o algunos de Félix Trull.

Aledaños a la poesía -gran parte de los autores de estas, como me gusta llamarlas a veces, “perlas cultivadas”, son también acreditados poetas-, en muchos de ellos ésta asoma la patita con un cierto rubor pero también con la contundencia precisa para derribar la puerta de la rutina con estrépito y enseñorearse del texto para pasmo y goce del lector.
Libros como este, que a través de la aguda mirada de sus autores ponen en solfa el pensamiento romo y vacuo que de común nos rodea, esa engañifa interesada de lo políticamente correcto que nos asfixia por doquier, lo injusto o arduo de la existencia, o que resaltan sin rubor el goce de vivir, son cada día más necesarios en estos tiempos que corren.

En otro orden de cosas, decir también que Sevilla se ha constituido por méritos propios en la capital editorial del género. No hay más que fijarse en la colección “A la mínima” de la editorial Renacimiento, o el reciente parto de trillizos de la neonata “Aforismos” en Ediciones de La Isla de Siltolá, ejemplos a los que habría que sumar también la aparición del volumen “Seré bre”, publicado por la Universidad de Sevilla en edición al cuidado de Carmen Camacho, otra acreditada aforista.

Hacía al principio una analogía digamos culinaria, pero acabando este breve texto se me ocurre que también podría ser deportiva, más concretamente futbolera: los nombres que aparecen en este aforistas españoles vivos parecen destinados a recitarse casi como una de esas míticas alineaciones que muchos guardamos en la memoria: Eder, Megías, Cormán, Catalán, Morante, Antolín, Pellicer, Neila, Arcas, Molina y Trull. Después de acabar su lectura, este magnífico equipo ya tiene un hincha más.

Pues eso: a comer. O a jugar.


AA. VV, Aforistas españoles vivos. Libros al Albur, Sevilla, 2105. 82 páginas.




 microfilias


La naturaleza cuántica del aforismo

Juan Ramón González desarrolla en este extraordinario texto su tesis de que el aforismo actual refleja un modo de conocimiento totalmente propio, único, fiel a la naturaleza misma de la realidad en su complejidad insoluble. Según el autor, se podría hablar del aforismo como expresión de un pensamiento nómada o trashumante, o de un pensamiento fluido, líquido, no acumulativo. Es el pensamiento que se esfuerza en escenificar su propio proceso. Si el pensador tradicional acota un territorio, impone sus normas, traza mapas, edifica y distribuye títulos de propiedad, el aforista funda en cada instante y es un ser sin memoria constructiva o arquitectónica, para quien sólo cuenta el momento de la revelación que trata de apresar con su palabra.


15 + 10 aforismos de Andrés Neuman

Andrés Neuman, que tiene la doble ciudadanía, argentina y española, debutó en la literatura como poeta y narrador breve. Su primera publicación fue un cuaderno de poemas titulado Simulacros, aparecido a principios de 1998 en una pequeña editorial de Granada. A finales de 1999 se publicó su primera novela, Bariloche, que resultó finalista del Premio Herralde. Es uno de los más destacados escritores contemporáneos en lengua castellana. Asimismo, Neuman ha desarrollado una intensa labor de divulgación del relato breve. Los aforismos que presentamos, brillantes y certeros, se reproducen con la autorización expresa y por escrito de su autor.


Fragmento vs. aforismo

El aforismo o el axioma defienden la inmediatez del objeto del conocimiento ante la conciencia (aunque su naturaleza sea oscura, como en Heráclito); la del fragmento establece una dificultad apriorística en la capacidad del sujeto por aprehender el objeto. La diferencia estriba en el verbo ser. Desde el punto de vista del conocimiento, el aforismo trata con la realidad de forma directa, conformando su idea previa de que existe un contacto inmediato entre el objeto de conocimiento y el sujeto que lo aprehende; mientras que el fragmento, indirecto, incompleto y dubitativo, oscila con respecto de la posición del sujeto ante su objeto.


S. J. Lec, el descabellado

Lec, que creció en el seno de una familia judía, hizo de su infancia y juventud en el Imperio Austrohúngaro una especie de santuario de la nostalgia. Libertario y escéptico, en sus aforismos Lec saca a la luz una exploración irónica de la realidad absurda del totalitarismo. La primera edición de sus aforismos fue publicada en 1957 bajo el título de Pensamientos descabellados, y en ellos aprendemos más de la calamitosa experiencia del siglo XX que en los gruesos volúmenes académicos.


Los infernales proverbios de Blake

William Blake, excelso poeta, mayúsculo pintor, profeta y visionario... pero también aforista, de los del género proverbial, al estilo preclásico. Lejos del saloneo francés o la pacatería alemana, es el suyo un verbo rotundo, sapiencial, algo campanudo, de resonancias bíblicas, cuya desmesura al lector contemporáneo puede agradar, gracias a nuestro actual preferencia por los espíritus excesivos, incluso desquiciados. En losProverbios del Infierno, Blake nos lega un puñado de frases lapidarias, solemnes y certeras, que no pueden dejarnos de conmover, si ya no mover (estamos demasiado desencantados para que nada nos arranque del sitio).

Pascal, padre del aforismo clásico

Mientras los matemáticos pretenden racionalizar el mundo, el creyente Pascal reivindica un «orden de la caridad, no de la inteligencia» cuyo núcleo «consiste principalmente en la digresión». Si bien el estilo de escritura de Pascal no incidió de forma determinante en los filósofos de su época, sí que abrió nuevos caminos expresivos para los literatos franceses, los cuales protagonizarían la edad de oro del aforismo clásico con nombres como Chamfort, Vauvenargues o La Rochefoucauld.

Los Cohetes de Charles Baudelaire

Frente a la concepción actual de Charles Baudelaire como un hereje, un moderno prometeo, un santo laico, el autor del Spleen de París revela en sus diarios íntimos (parcialmente rotulados con el significado epígrafe de Cohetes) una dimensión religiosa provocadora y refrescante. Que en un mismo espíritu puedan coexistir, sin daño, una faz sacrílega y otra deísta, en un combate mucho más moderno que las actuales dogmáticas agnósticas, nos plantea un sinfín de preguntas y nos induce a la reflexión sobre la esencia de nuestra época, encorsetada por categorías estancas e instancias mutuamente excluyentes. La traducción que presentamos es inédita, y se publica por primera vez en El Aforista.



Miguel Catalán: la quemante luz de la verdad

Miguel Catalán (Valencia, 1958) es autor de casi una treintena de libros. Su obra bascula entre el pensamiento breve, del que son buena muestra sus libros El sol de medianoche y La nada griega, y un vasto tratado sobre la falsedad y el engaño titulado Seudología. Su libro Ética de la verdad y de la mentira ha obtenido recientemente el V Premio Juan Andrés de Ensayo e Investigación en Ciencias Humanas. La selección de sus aforismos que presentamos aquí ha sido realizada por el propio autor, a partir de su último libro editado, La ventana invertida (Trea, Gijón, 2015).





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