Cuestionario Chamfort: Sergio García Clemente


(Santa Cruz de Tenerife. 1974). Licenciado en Derecho por la Universidad de La Laguna. Ha publicado poemas, aforismos y artículos en diversas revistas digitales como El rincón del haiku, Revista Almiar, La nave de los locos, Documenta minima, Oculta Lit, Piedra y Cielo o El Aforista. En el año 2013 obtuvo el I Premio Internacional José Bergamín de Aforismos por la obra Dar que pensar (Cuadernos del Vigía, 2014), sello editorial que también acogió, en el año 2017, su segundo libro de aforismos, Mirar de reojo. Asimismo, ha sido incluido en algunas antologías del género aforístico.


1. ¿Recuerda cuándo empezó a escribir a aforismos de una forma conciente, es decir, comprometido con el género en cuanto autor? 

Sí, fue hace unos seis años, y respondió a una evolución de la poesía que escribía hasta entonces. Hasta aproximadamente el año 2012 yo escribía unos poemas breves, herméticos, reconcentrados, en los que trataba de eliminar lo superfluo y dejar en su expresión más mínima. La lectura masiva de aforistas que comencé en esa época me convenció de hacer mis textos más accesibles y dar entrada en ellos a la reflexión. Así comencé a escribir mis propios aforismos y a darme cuenta de que era un género en el que me encontraba muy cómodo.


2. ¿Cuál es su método de creación y composición de aforismos? ¿Los corrige de forma concienzuda, o prefiere respetar la primera intuición?

Yo soy una persona rutinaria, intento dedicar un tiempo cada día a la lectura y a la escritura de aforismos. Normalmente, el texto me surge como fruto de la inspiración, pero siempre con alguna base real detrás: alguna vivencia, algo que he leído, una palabra que me llama la atención… Son menos las veces en las que el aforismo surge de una idea previa a la que, conscientemente, trato de darle una forma breve y precisa. Después, siempre corrijo: dejo pasar un tiempo y, si no me convence el texto cuando lo releo, directamente lo elimino. Hay otros aforismos, los menos, que dejo tal cual están, pero la mayoría los trabajo mucho hasta encontrar una formulación que me satisfaga. En contra de lo que se cree, el aforismo es un género que exige bastante esfuerzo, sobre todo de corrección y criba.


3. ¿Cuál son sus aforistas de cabecera?

Son muchísimos; como te dije, dedico mucho tiempo a la lectura de aforismos. Seguro que se me olvidan algunos, pero te citaría a Jules Renard, Antonio Porchia, Lichtenberg, Cioran, Ramón Eder, Azahara Alonso, Isabel Bono, Ramón Andrés, Jordi Doce, Eliana Dukelsky y Karmelo C. Iribarren.


4. Dígame su aforismo favorito, aquel que envidia no haber escrito usted.

¿Puedo decirte dos? “He construido castillos en el aire tan hermosos que me conformo con sus ruinas” de Jules Renard y “La vida es una ficción basada en hechos reales” de Ramón Eder.


5. ¿Recuerda el mejor aforismo sobre el aforismo que haya leído? 

Es ya un clásico en la materia, pero me gusta este de Bergamín por lo que tiene de síntesis del género: “No importa que el aforismo sea cierto o incierto: lo que importa es que sea certero”.


6. ¿Qué lugar ocupa el aforismo en su actividad creadora, respecto a  otros géneros? 

En la actualidad no escribo otra cosa que no sean aforismos.


7. ¿Cree que se está produciendo en España cierta burbuja aforística?

No sé si burbuja, pero el auge está claro: nunca antes, ni siquiera a principios del siglo XX bajo el influjo de los grandes aforistas de la época (Machado, Juan Ramón Jiménez, Ramón Gómez de la Serna, José Bergamín), se produjo tal explosión de aforistas, editoriales dedicadas al género, interés por parte de la crítica y un fenómeno totalmente novedoso: las antologías de aforismos y aforistas. La palabra “burbuja” implica una transitoriedad del fenómeno, pero yo no lo veo así: el género cuenta con una larga tradición y, además de eso, las condiciones de vida actuales, marcadas por la rapidez y la comunicación entrecortada por un lado, y la ausencia de verdades universales y absolutas por otro, han creado una situación propicia para que este auge del género no sea flor de un día, ya que el aforismo, con sus características de concisión y subjetividad, se adapta perfectamente a ella.


8. ¿Qué influencia cree que pueden haber ocasionado ciertos fenómenos sociales (como la publicidad o las redes sociales) en el actual boom del aforismo?

Yo creo que han tenido una cierta influencia: el aforismo es un género de una difusión muy fácil, permite la transmisión instantánea, a través de las nuevas tecnologías de comunicación, del hecho literario que propone. Por otro lado, estas tecnologías nos han acostumbrado, a su vez, a las formas breves de expresión, en el contexto de un ritmo de vida vertiginoso que han convertido a la brevedad y a la concisión en signos de nuestro tiempo. Sin embargo, considero que el aforismo es una falla en este vértigo porque, al contrario que, por ejemplo, el tuit, que es generalmente efímero e insustancial, el texto aforístico es de digestión lenta, exige una detención de ese ritmo desenfrenado.


9. ¿Qué virtud y qué peligro puede tener el aforismo respecto a otros géneros literarios? 

Pienso que el aforismo tiene los mismos peligros que presentan otros géneros literarios: la insustancialidad, el intentar hacer pasar por literatura algo que no lo es. Como virtudes propias del género citaría la posición crítica con la realidad que invita a adoptar y la búsqueda de la esencialidad, el borrar del texto literario todo lo superfluo.


10. Para terminar, obséquieme con un aforismo inédito, nunca antes publicado en ningún otro sitio.

Todo puente está sujeto por una cuerda floja.



Libros al Albur



Enciclopedia de libros españoles de aforismos

Inauguramos nueva sección, en la que vamos a empezar a recopilar los mejores aforismos de los libros escritos por autores nacidos o residentes en España, y publicados en nuestro país a partir del año 2010 en adelante. Lo hacemos para reunir en un único espacio virtual la más ingente cantidad de información posible sobre este tema, a modo de "enciclopedia" para su consulta por parte de cualquier interesado o estudioso en el futuro. Las primera obras que incorporamos son los libros de Carlos Marzal, Ana Pérez Cañamares, Manuel Neila, Victoria León, José Luis Morante, Ander Mayora, Jordi Doce, Dionisia García, Fernando Menéndez, Erika Martínez, Felix Trull, José Antonio Santano, Emilio López Medina, Carmen Canet, José Ángel Cilleruelo, Pedro Roso, Antonio Rivero Taravillo, Miguel Ángel Arcas, Gabriel Insausti y Mario Pérez Antolín, entre otros.

Cioran: la pausa del espíritu

Émil Cioran fue uno de los escritores más personalmente antihumanistas del s. XX. Nacido en Rumanía, hijo -como Nietzsche- de un pastor, recaló en París hasta su muerte, renegando de todos los rebaños. Sus libros, justamente célebres por su pesimista visión de la existencia, poseen una bella melancolía que los salva de la insulsa salmodia quejica. En ellos, además, encontramos muchos de los aforismos más redondos de la filosofía reciente; herederos, en parte, de los del Schopenhauer de Parerga y Paralipomena, así como de los textos breves de Lichtenberg y Kierkegaard, abordan de manera acerada y cruel algunos de los temas lacerantes de nuestra condición humana: la plenitud imposible, la muerte, el fracaso, la historia y sus pesos, la poesía y sus contrapesos...  En El Aforista nos hacemos eco de algunos de los reunidos en El ocaso del pensamiento (1940), uno de sus títulos formalmente más equilibrados y austeros, si es que se pueden usar dichos epítetos en un autor tan decididamente desmesurado.


Pessoa: aprender a no ser nadie

La obra y la personalidad de Fernando Pessoa han sido sobradamente estudiadas, analizadas e incluso desmenuzadas desde que, en 1982, se diera a conocer uno de los títulos mayúsculos del siglo XX, su proteico y deforme Libro del desasosiego. La pluralidad y heterogeneidad del autor eran, no sólo conocidas, sino fomentadas por él mismo, así que sería ocioso abundar de nuevo en ello. Aun así, tal vez se haya incidido excesivamente en su gusto por los heterónimos desde la perspectiva de la multiplicación de la identidad personal, orillando el hecho de que, detrás de ella, late un proyecto de destrucción de la misma, una verdadera tarea de conquista del anonimato esencial del ser humano.


Gil-Albert: el placer de discurrir

Un arte de vivir es un volumen misceláneo, compuesto por anotaciones dispersas entre las cuales los aforismos tienen un papel destacado, donde Juan Gil-Albert (Alcoi, 1904-Valencia, 1994) "escribe, como si se tratara de un dietario personal", en palabras de Claudia Simón, aquellas reflexiones en bruto que luego darían pie, o no, a algunos de sus poemas, ensayos o artículos de prensa. Ese carácter primario, un tanto visceral, nos permite acceder a la intimidad del escritor desde una perspectiva nueva, la cual ya habíamos avizorado en su Breviarium vitae. Son sus disquisiciones, aun inspiradas en la España de su época, de total actualidad, plenamente vigentes, lo cual nos informa, para nuestro espanto, de lo poco que cambian algunas naciones por mucho que muden sus estructuras políticas, y para nuestro consuelo, de lo mucho que perviven los buenos textos cuando apuntan a lo esencial.


Hiram Barrios: "El aforismo es una suerte de épica posmoderna"

El Aforista entrevista a Hiram Barrios, a propósito del boom aforístico que está experimentando España en los últimos años. Barrios (nacido en 1983) es escritor, traductor y catedrático. Estudió Letras en la UNAM y es especialista en Literatura Mexicana por la UAM. Ha publicado cuentos, poemas, ensayos y traducciones para distintas revistas, periódicos y suplementos culturales de circulación nacional. Textos suyos han aparecido en revistas de Colombia, Venezuela, Argentina y España. Es autor de los libros El monstruo y otras mariposas (ensayo, 2013) y Apócrifo (aforismo, 2014). Como experto estudioso del aforismo, también es responsable de la antología de autores mexicanos titulada Lapidario (2015). Es profesor de arte y literatura en el Tecnológico de Monterrey, Campus Estado de México.


Los sofismas de Vicente Núñez

Vicente Núñez (Aguilar de la Frontera, Córdoba, 1926 - 2002) empezó a publicar sus peculiares 'sofismas' en octubre de 1987, y siguió haciéndolo prácticamente hasta su muerte en las páginas de los periódicos Córdoba y El Correo de Andalucía. Según indica Miguel Casado, "se trata de tiradas breves, que recogen en cada caso ocho o diez frases, sin una especial ordenación ni alguna clase de afinidad temática". Estos sofismas se recogieron en volumen en varias ocasiones: Sofisma (1994), Entimema (1997) o Sorites (2000). El propio Casado publicó la antología Nuevos sofismas (Germania, Alzira, 2001), en la cual agrupaba los aforismos por temas, a modo de diccionario extravagante; con ello muchas de las anotaciones se iluminaban entre sí, logrando una apariencia sistemática que tal vez no había buscado conscientemente el autor (lo cual no significa que no existiera). En El Aforista compartimos algunos de los aforismos de este libro que más nos han llamado la atención.


Karl Kraus: el artista es el Otro

En palabras del filósofo y aforista Miguel Catalán, "de la síntesis entre lo ético estético procede la importancia del aforismo que, a partir de 1905, irá dominando toda la escritura del austríaco Karl Kraus (28 de abril de 1874 - 12 de junio de 1936), pero que constituye también la forma secreta de toda su escritura. Canetti lo expresa indicando que en sus libros y discursos nunca existió un principio organizador dominante, sino que las frases aisladas (inatacables, perfectas) iban ensamblando, el modo de sillares, una Muralla China igualmente eficaz en todas sus partes. Quintaesencia de su estilo y de un ideario personal que intentaba unificar fondo y forma, el aforismo de Kraus presenta una densidad excepcional y unas aristas cortantes, cualidades que tanto influirían en el estilo de escritura de Ludwig Wittgenstein, Elias Canetti, Thomas Bernhard o Peter Handke". El Aforista publica una breve selección de los aforismos de Karl Kraus, extraídos de La tarea del artista (Casimiro, Madrid, 2011), con la pertinente autorización de su traductor y antólogo, el propio Catalán, a quien agradecemos su generosidad.


María Zambrano: la entraña del cielo

En el libro titulado Dictados y sentencias (Edhasa, Barcelona, 1999), Antoni Marí realizó una selección de frases entresacadas de las obras de María Zambrano, tal vez la autora más densa, honda y audaz del pensamiento español de todos los tiempos. La exigencia de claridad que la propia Zambrano planteaba como horizonte moral y conceptual de la filosofía se traduce en un estilo con sobreabundancia de expresiones rotundas, apodícticas, válidas por sí mismas aunque deudoras de una cosmovisión que las ilumina y dignifica. Es por ello que la operación desnaturalizadora de Marí, y en general de todas las antologías que destilan aforismos a partir de textos de otra naturaleza, encuentra en este caso una plena justificación, tanto filosófica como poética.