Cuestionario Chamfort: Ricardo de la Fuente



Ricardo de la Fuente (Sacramenia, Segovia, 1956) es catedrático de Sanidad Animal en la Universidad Complutense de Madrid, donde se licenció y doctoró. Es autor de más de un centenar de trabajos científicos originales y de una treintena de trabajos pedagógicos y divulgativos. Ganó el IV Premio Internacional de Aforismos José Bergamín con su libro Andar en la niebla (Cuadernos del Vigía, 2017).


1. ¿Recuerda cuándo empezó a escribir aforismos de una forma consciente, es decir, comprometido con el género en cuanto autor?

En diciembre de 2015, pronto hará tres años. Vengo de la Ciencia y soy de vocación escritora, que no lectora, tardía. Mi llegada al aforismo fue desde la ficción más escueta, los microrrelatos de sólo una frase.


 2. ¿Cuál es su método de creación y composición de aforismos? ¿Los corrige de forma concienzuda, o prefiere respetar la primera intuición?

Creo que como en todo cultivador del género, los hay de los dos tipos, los que nacen como una iluminación súbita acabados y los que surgen de un esbozo de idea que es preciso pulir, a veces hasta la obsesión en mi caso. Las ideas las trabajo escribiendo porque, como bien se ha dicho, la escritura alimenta y fermenta la reflexión. Supongo que lo que varía entre autores es la proporción de unos y otros. A mí los primeros me visitan poco, o sea, que el dicho de que el aforista no busca, encuentra, me encaja sólo en pequeña medida.


3. ¿Cuáles son sus aforistas de cabecera?

Más que aforistas de cabecera, hablaría de autores a los que uno ha vuelto o sabe que volverá: Lichtenberg, Jules Renard, Cioran, Porchia, Canetti, Gómez Dávila, Vicente Nuñez, Carlos Pujol. También releo a aforistas actuales, pero en este caso prefiero no hacer un listado.


4. Dígame su aforismo preferido, aquél que envidia no haber escrito usted.

Se me hace imposible elegir sólo uno, y creo que tendría el mismo problema si se me pidiese una cincuentena. Para no esquivar la pregunta citaré cuatro que ya quisiera haber escrito, dos de autores clásicos y dos de aforistas españoles contemporáneos: “Un Dios amenaza siempre en el horizonte” (Emile Cioran), “He construido castillos en el aire tan hermosos que me conformo con las ruinas” (Jules Renard), “Qué tolerantes nos vuelve la vanidad, aceptamos los elogios de cualquiera” (Jordi Doce) y “Me gusta la rima de cicatriz con olvido” (Carmen Canet).


5. ¿Recuerda el mejor aforismo sobre el aforismo que haya leído?

Obviando el clásico de “media verdad o verdad y media” de Karl Kraus, elegiría este de Arthur Schnitzler “Mal aforismo es aquel ante el que una persona inteligente no piense: eso mismo, o lo contrario, se me ha ocurrido a mí también alguna vez”.


6. ¿Qué lugar ocupa el aforismo en su actividad creadora respecto a otros géneros?

Sólo escribo aforismos y cuentos o relatos cortos. Los primeros ocupan un lugar central, y su composición se adapta bien a la discontinuidad del tiempo de que dispongo para escribir.


7. ¿Cree que se está produciendo en España cierta burbuja aforística?

Antes de dar mi opinión, querría descargar la parte peyorativa que pueda tener la palabra burbuja en este contexto. Es innegable que en los últimos años ha habido un aumento significativo en la producción y publicación de aforismos, que bienvenido sea, siempre que no suponga una rebaja en la calidad. Un reto que debería ir asociado es ganar nuevos lectores para el género.


8. ¿Qué influencia cree que pueden haber ocasionado ciertos fenómenos sociales (como la publicidad o las redes sociales) en el actual boom del aforismo?

Hay publicaciones que hablan de esa influencia, pero es una pregunta para estudiosos y expertos que supongo puede contestarse con datos, puesto que ya hay experiencia suficiente para analizarlo con perspectiva. En ese análisis me preocupa también la posible influencia negativa sobre el género breve de un uso inapropiado o abusivo de las nuevas tecnologías, que le lleve a caer en lo trivial.


9. ¿Qué virtud y qué peligro puede tener el aforismo respecto a otros géneros literarios?

Su virtud intrínseca es la concisión, lo que dados los hábitos de comunicación y lectura actuales puede darle cierta ventaja frente a otros géneros. Su peligro mayor, la banalización.


10. Para terminar, obséquieme con un aforismo inédito, nunca antes publicado en ningún otro sitio.

Por seguir con el género, selecciono este: “Patología perinatal del aforismo: abortados, prematuros, nacidos débiles, mortinatos y nacidos viejos”.






Enciclopedia de libros españoles de aforismos

Inauguramos nueva sección, en la que vamos a empezar a recopilar los mejores aforismos de los libros escritos por autores nacidos o residentes en España, y publicados en nuestro país a partir del año 2010 en adelante. Lo hacemos para reunir en un único espacio virtual la más ingente cantidad de información posible sobre este tema, a modo de "enciclopedia" para su consulta por parte de cualquier interesado o estudioso en el futuro. Las primera obras que incorporamos son los libros de Carlos Marzal, Ana Pérez Cañamares, Manuel Neila, Victoria León, José Luis Morante, Ander Mayora, Jordi Doce, Dionisia García, Fernando Menéndez, Erika Martínez, Felix Trull, José Antonio Santano, Emilio López Medina, Carmen Canet, José Ángel Cilleruelo, Pedro Roso, Antonio Rivero Taravillo, Miguel Ángel Arcas, Gabriel Insausti y Mario Pérez Antolín, entre otros.


Los aforistas que se ocupan de Dios

Una somera lectura de los libros publicados en España en los últimos años, y ciñéndonos exclusivamente al siglo XXI, nos permite afirmar, de manera taxativa, que los aforistas españoles vivos, contra la impresión apresurada, sí se ocupan de Dios. A propósito de la publicación de la antología Las cosas que no son. Los aforistas y Dios por parte de Libros al Albur, reunimos un puñado de aforismos sobre Dios escritos por Juan Kruz, José Luis García Martín, Gregorio Luri o Jesús Cotta, entre muchos otros.


De poetas a aforistas

Iniciamos en El Aforista una ronda de entrevistas con poetas que, en un momento dado, empezaron a cultivar el género más breve, hasta incorporarlo a su quehacer cotidiano. Contribuyen Ana Pérez Cañamares, León Molina, José Luis Morante, Raquel Vázquez, Karlos Linazasoro y Erika Martínez, entre otros.


Cioran: la pausa del espíritu

Émil Cioran fue uno de los escritores más personalmente antihumanistas del s. XX. Nacido en Rumanía, hijo -como Nietzsche- de un pastor, recaló en París hasta su muerte, renegando de todos los rebaños. Sus libros, justamente célebres por su pesimista visión de la existencia, poseen una bella melancolía que los salva de la insulsa salmodia quejica. En ellos, además, encontramos muchos de los aforismos más redondos de la filosofía reciente; herederos, en parte, de los del Schopenhauer de Parerga y Paralipomena, así como de los textos breves de Lichtenberg y Kierkegaard, abordan de manera acerada y cruel algunos de los temas lacerantes de nuestra condición humana: la plenitud imposible, la muerte, el fracaso, la historia y sus pesos, la poesía y sus contrapesos...  En El Aforista nos hacemos eco de algunos de los reunidos en El ocaso del pensamiento (1940), uno de sus títulos formalmente más equilibrados y austeros, si es que se pueden usar dichos epítetos en un autor tan decididamente desmesurado.


Pessoa: aprender a no ser nadie

La obra y la personalidad de Fernando Pessoa han sido sobradamente estudiadas, analizadas e incluso desmenuzadas desde que, en 1982, se diera a conocer uno de los títulos mayúsculos del siglo XX, su proteico y deforme Libro del desasosiego. La pluralidad y heterogeneidad del autor eran, no sólo conocidas, sino fomentadas por él mismo, así que sería ocioso abundar de nuevo en ello. Aun así, tal vez se haya incidido excesivamente en su gusto por los heterónimos desde la perspectiva de la multiplicación de la identidad personal, orillando el hecho de que, detrás de ella, late un proyecto de destrucción de la misma, una verdadera tarea de conquista del anonimato esencial del ser humano.


Gil-Albert: el placer de discurrir

Un arte de vivir es un volumen misceláneo, compuesto por anotaciones dispersas entre las cuales los aforismos tienen un papel destacado, donde Juan Gil-Albert (Alcoi, 1904-Valencia, 1994) "escribe, como si se tratara de un dietario personal", en palabras de Claudia Simón, aquellas reflexiones en bruto que luego darían pie, o no, a algunos de sus poemas, ensayos o artículos de prensa. Ese carácter primario, un tanto visceral, nos permite acceder a la intimidad del escritor desde una perspectiva nueva, la cual ya habíamos avizorado en su Breviarium vitae. Son sus disquisiciones, aun inspiradas en la España de su época, de total actualidad, plenamente vigentes, lo cual nos informa, para nuestro espanto, de lo poco que cambian algunas naciones por mucho que muden sus estructuras políticas, y para nuestro consuelo, de lo mucho que perviven los buenos textos cuando apuntan a lo esencial.


Hiram Barrios: "El aforismo es una suerte de épica posmoderna"

El Aforista entrevista a Hiram Barrios, a propósito del boom aforístico que está experimentando España en los últimos años. Barrios (nacido en 1983) es escritor, traductor y catedrático. Estudió Letras en la UNAM y es especialista en Literatura Mexicana por la UAM. Ha publicado cuentos, poemas, ensayos y traducciones para distintas revistas, periódicos y suplementos culturales de circulación nacional. Textos suyos han aparecido en revistas de Colombia, Venezuela, Argentina y España. Es autor de los libros El monstruo y otras mariposas (ensayo, 2013) y Apócrifo (aforismo, 2014). Como experto estudioso del aforismo, también es responsable de la antología de autores mexicanos titulada Lapidario (2015). Es profesor de arte y literatura en el Tecnológico de Monterrey, Campus Estado de México.


Los sofismas de Vicente Núñez

Vicente Núñez (Aguilar de la Frontera, Córdoba, 1926 - 2002) empezó a publicar sus peculiares 'sofismas' en octubre de 1987, y siguió haciéndolo prácticamente hasta su muerte en las páginas de los periódicos Córdoba y El Correo de Andalucía. Según indica Miguel Casado, "se trata de tiradas breves, que recogen en cada caso ocho o diez frases, sin una especial ordenación ni alguna clase de afinidad temática". Estos sofismas se recogieron en volumen en varias ocasiones: Sofisma (1994), Entimema (1997) o Sorites (2000). El propio Casado publicó la antología Nuevos sofismas (Germania, Alzira, 2001), en la cual agrupaba los aforismos por temas, a modo de diccionario extravagante; con ello muchas de las anotaciones se iluminaban entre sí, logrando una apariencia sistemática que tal vez no había buscado conscientemente el autor (lo cual no significa que no existiera). En El Aforista compartimos algunos de los aforismos de este libro que más nos han llamado la atención.


Karl Kraus: el artista es el Otro

En palabras del filósofo y aforista Miguel Catalán, "de la síntesis entre lo ético estético procede la importancia del aforismo que, a partir de 1905, irá dominando toda la escritura del austríaco Karl Kraus (28 de abril de 1874 - 12 de junio de 1936), pero que constituye también la forma secreta de toda su escritura. Canetti lo expresa indicando que en sus libros y discursos nunca existió un principio organizador dominante, sino que las frases aisladas (inatacables, perfectas) iban ensamblando, el modo de sillares, una Muralla China igualmente eficaz en todas sus partes. Quintaesencia de su estilo y de un ideario personal que intentaba unificar fondo y forma, el aforismo de Kraus presenta una densidad excepcional y unas aristas cortantes, cualidades que tanto influirían en el estilo de escritura de Ludwig Wittgenstein, Elias Canetti, Thomas Bernhard o Peter Handke". El Aforista publica una breve selección de los aforismos de Karl Kraus, extraídos de La tarea del artista (Casimiro, Madrid, 2011), con la pertinente autorización de su traductor y antólogo, el propio Catalán, a quien agradecemos su generosidad.


María Zambrano: la entraña del cielo

En el libro titulado Dictados y sentencias (Edhasa, Barcelona, 1999), Antoni Marí realizó una selección de frases entresacadas de las obras de María Zambrano, tal vez la autora más densa, honda y audaz del pensamiento español de todos los tiempos. La exigencia de claridad que la propia Zambrano planteaba como horizonte moral y conceptual de la filosofía se traduce en un estilo con sobreabundancia de expresiones rotundas, apodícticas, válidas por sí mismas aunque deudoras de una cosmovisión que las ilumina y dignifica. Es por ello que la operación desnaturalizadora de Marí, y en general de todas las antologías que destilan aforismos a partir de textos de otra naturaleza, encuentra en este caso una plena justificación, tanto filosófica como poética.