Cuestionario Chamfort: León Molina


El Aforista somete a los aforistas españoles al Cuestionario Chamfort, un listado cerrado de preguntas sobre la escritura más breve, con el propósito de cartografiar un mapa más o menos minucioso del estado del género actualmente en España. En esta ocasión, es el escritor cubano residente en España, León Molina, quien nos pone al tanto de sus relaciones con el género aforístico. Molina acaba de publicar su primer libro de aforismos Mapa de ninguna parte (La Isla de Siltolá, Sevilla, 2015).


¿Recuerda cuándo empezó a escribir a aforismos de una forma conciente, es decir, comprometido con el género en cuanto autor?

De esa forma que dices no hace mucho, unos pocos años. Pero echando la vista atrás me doy cuenta de que en todo lo que he escrito siempre ha contado con un aliento aforístico latente. Por ejemplo, mi obsesión por conseguir un buen cierre para un poema ha hecho que con frecuencia el último o últimos versos del poema sean en realidad aforismos poeticos.


¿Cuál es su método de creación y composición de aforismos? ¿Los corrige de forma concienzuda, o prefiere respetar la primera intuición?

Normalmente los escribo, los dejo reposar un poco y después en la relectura puede suceder que veas que es una birria (a mí me pasa con frecuencia) o que la idea es buena pero la expresión no está redondeada (casi siempre porque sobran cosas), en cuyo caso lo intento arreglar. Si en la primera no lo consigo, repito el mismo proceso: birria sí, birria no y arreglo. Si en estas ya no se arregla, es que en efecto era una birria. Y lo tiro. Luego, por supuesto existe el caso menos frecuente de que cuando haces la primera relectura crees que la idea es buena y que está bien escrita. Ahí flotas un poco y lo dejas estar. Y por debajo de todo esto hay que saber que el aforismo comparte con la poesía el hecho de que idea y forma son indisolubles.


¿Cuáles son sus aforistas de cabecera?

Entre otros muchos, Wallace Stevens, Joubert., Lichtenberg, Wagensberg y Ramón Eder.


Dígame su aforismo favorito, aquel que envidia no haber escrito usted.

Van a ser tres por lo menos. “La vida es una ficción basada en hechos reales”, de Eder; “Los verdaderos problemas no tienen solución sino historia”, de Gómez Dávila, y “Como todas las sustancias corrosivas, el ingenio y el humor tienen que utilizarse con cautela”, de Lichtenberg. Y “La lengua es un ojo” de Stevens, cuatro.


¿Recuerda el mejor aforismo sobre el aforismo que haya leído?

Creo que indirectamente este de Stevens: “A la larga, la verdad no importa”.


¿Qué lugar ocupa el aforismo en su actividad creadora, respecto a otros géneros?

Yo solo escribo poesía y aforismos. El aforismo ocupa uno de esos dos lugares. A veces los dos.


¿Cree que se está produciendo en España cierta burbuja aforística?

Ese término en boga procede de la invasión de conceptos económicos en el habla vulgar. ¿Quiere usted decir que si se escriben muchos aforismos? La respuesta sería que sí, más que nunca. Eso supone que habrá mucho malo. Y bueno también, ¿por qué habrían de ser demasiados?

¿Qué influencia cree que pueden haber ocasionado ciertos fenómenos sociales (como la publicidad o las redes sociales) en el actual boom del aforismo?

No tengo ni idea.


¿Qué virtud y qué peligro puede tener el aforismo respecto a otros géneros literarios?

Respecto a otros géneros no lo sé. No tiene por qué compararse. Respecto a sí mismo evidentemente es la concisión, que es un filo.


Para terminar, obséquieme con un aforismo inédito, nunca antes publicado en ningún otro sitio.

La memoria husmea como alimaña hambrienta las debilidades de la edad.







 microfilias





Savater: la expansividad de la alegría

Fernando Savater (San Sebastián, 1947) es uno de los pensadores españoles vivos más relevantes. Su defensa de las formas breves, y del aforismo en particular, como instrumento adecuado para acceder a un tipo de conocimiento no necesariamente argumental, pero sí plenamente racional, se conjuga con su especial talento para sintetizar ideas convincentes en frases rotundas, incluso en el tránsito de un párrafo de mayor recorrido. Tirar de la cuerda es el título de un libro compuesto por este tipo de frases, entresacadas por el escritor Andrés Neuman de las propias obras de Savater, donde se revela esta habilidad innata del autor para la condensación brillante de conceptos complejos en la exigua extensión de un aforismo.


El aforismo según Roberto Juarroz

Según el autor argentino, la literatura fragmentaria prefiere la secuencia breve y concentrada, el trozo expresivo, los restos más valiosos que puedan salvarse del naufragio. Desconfía de la abundancia o el exceso de palabras y cree que algunas cosas, tal vez las más plenas, sólo pueden ser captadas enunciándolas sin mayor desarrollo, explicación, discurso o comentario. Supone que únicamente esa vía estrecha logra capturar la instantaneidad del pensar, de la visión creadora o de la iluminación mística, al no traicionar la momentaneidad quebradiza del fluir temporal.


El diario en aforismos de Valéry


En los cuadernos de Valéry abunda el género aforístico, hasta el punto de que podemos hablar de una especie de diario en aforismos (al estilo de Jules Renard, pero en adusto). La naturaleza puntual del aforismo es la que le permite acoger la suficiencia instantánea del relámpago: aquí, la digresión no haría más que diluir el efecto pretendido, que es el de acoger una totalidad en huida, una búsqueda sin término. Y es que Valéry siente "el horror por lo que no cabe en un instante". Y ahí es donde el aforismo se revela como la forma perfecta para su investigación filosófica, que es personal, que es únicamente suya, pero también la de todos..


Los aforismos de L.F. Comendador


Poeta y editor, Luis Felipe Comendador ha cultivado también la novela, el aforismo, el ensayo o la obra gráfica. En 2003 publica El amante discreto de Lauren Bacall, su poemario más sincero y duro, según ha reconocido el autor, en el que se funden el amor y la muerte en un ambiente de desolación. En esta breve muestra de sus aforismos, realizada por el propio autor, tenemos la oportunidad de acceder a una de las múltiples facetas de este escritor prolífico, fecundo y singular.


Benjamín Prado, sin cubrirse las espaldas

Benjamín Prado (Madrid, 1961) es un novelista, ensayista y poeta español. Ha recibido diversos premios, entre los que se encuentran el Hiperión, el Premio Internacional de Poesía Ciudad de Melilla, el Premio Andalucía de Novela y el Generación del 27. Sus primeros cinco libros de poesía están reunidos en el volumen Ecuador (2002). Después ha publicado Iceberg (2002) y Marea humana (2007). Los aforismos que aquí presentamos lo muestran como un autor sagaz, lúcido y humorístico, capaz de transformar cualquier acontecimiento de la vida cotidiana en una frase brillante y certera, válida por sí misma de manera general.


Cuestionario Chamfort

El Aforista invita a los principales aforistas españoles a someterse a un escrutinio meticuloso acerca de sus métodos compositivos, gustos personales, autores de referencia, etc. Son diez preguntas que forman un listado cerrado cuya pretensión no es otra que cartografiar el estado actual del género, así como presentar un perfil sucinto y definido de los autores más solventes en nuestro país.


Oscar Wilde: el superhombre era él

Como atestigua una reciente edición de sus aforismos, Oscar Wilde poseía una perspicacia fuera de lo común; una capacidad de análisis social y moral incomparable; un estilo brillante, portentoso quizás. Cabe aclarar: Wilde no fue simplemente un literato, un hombre de letras, un muñidor de ficciones al servicio del entretenimiento y/o el deleite pasajero. No, Wilde fue un pensador, tal vez no un filósofo (por cuanto no remite, ni explícita ni implícitamente, a la gran tradición filosófica), pero sí un espíritu crítico guiado por la sed de conocimiento y el odio a la mixtificación... él, que siempre defendió la máscara como suprema faz.


Andrés Trapiello: El don de la conformidad

Si una peripecia diarística resulta especialmente llamativa en la literatura española contemporánea es la de Andrés Trapiello. Emprendida en el año 1990 con El gato encerrado, se viene prolongando a lo largo del tiempo con una tenacidad y coherencia que hay que agradecer, tanto al autor como a los editores, en esta época de compromisos efímeros y fidelidades que hincan la rodilla ante el primer contratiempo. De entre ellos, hemos espigado un puñado de espléndidos aforismos que revelan a un autor espléndidamente dotado para el género, y cuyo talento narrativo le informa puntualmente de cuándo una intuición requiere ser desarrollada en forma de párrafo o resultará más efectiva, desde el punto de vista del efecto literario, quedando en el estado de austero esbozo, de embrión o de promesa.



El elogio del aforismo de Ramón Eder



Un aforismo puede ser una minúscula obra maestra. Cuando el humorista Lichtenberg apunta "Aquel hombre era tan inteligente que casi no servía para nada", hace una broma inolvidable. Al escribir el sutil Joubert "Cuando mis amigos son tuertos los miro de perfil", dice en pocas palabras algo admirable. Los aforismos en su brevedad demuestran la increíble fuerza de las palabras. En este artículo, Ramón Eder traza una deliciosa panorámica sobre el género más breve y más intenso de la literatura.





 Uroboro. Revista de cultura y pensamiento