
Todos los poemas se escriben en una lengua que ignoramos.
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Las palabras del poema no vienen del diccionario, aunque vengan en el diccionario.
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La luna prefiere la mirada asombrada del niño a cualquier poema sobre la luna.
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Los poetas se venden al mejor postor, pero la poesía solo se regala.
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Todos los poemas se escriben de memoria.
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A la poesía no le gustan los libros de poesía.
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Ningún buen poema de amor se ha escrito estando enamorado.
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Si tus mejores poemas no los han escrito otros, es que no eres poeta.
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Hay poetas a los que hay que leer con gafas de sol y con guantes porque deslumbran y destiñen.
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Hay poemas que caminan a cuatro patas.
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El burro flautista, si escribiera poesía, haría haikus.
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El poeta enseña muchas cosas que no sabe.
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Todo poema es un canto a sí mismo.
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La poesía no está a gusto en la jaula del poema.
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Los poetas acaban pareciéndose a los poemas que escriben, como los perros a sus amos.
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No saber escribir, no es un inconveniente para ser poeta.
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La ciencia la hacen los poetas.
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Más pronto o más tarde, cualquier poema se llena de arrugas.
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A la poesía se la acaban comiendo los gusanos.
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A todo poema le sobran palabras, pero no sabemos cuáles.
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El silencio que sigue al poema es el poema.
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El crítico entra en el poema como un elefante en una cristalería.
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Sin crítica no hay poesía.
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A un poeta muerto le devoran los eruditos.
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La poesía es mala consejera.
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Hay poetas que se esconden en su obra y luego no aciertan a encontrar la puerta de salida.
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Los poetas menores aburren menos que los grandes poetas.
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Los malos poetas son más divertidos que los buenos poetas.
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En poesía, hay mucha demanda y poca oferta.
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Aquel poeta era tan ingenuo que se creía los elogios de su presentador.
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A los poetas les gusta repetirse porque saben que sin repetición no hay poesía.
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El ritmo son los latidos del corazón del poema.
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La inteligencia habla en verso, el corazón prefiere la prosa.
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Un gran poeta solo se lleva bien con otros poetas si son sus discípulos o están muertos.
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Un joven poeta o no es joven o no es poeta, salvo que nazca viejo.
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Saber escribir sonetos es obligatorio para ser poeta, no escribirlos también.
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Ser amigo de poetas es lo peor que le puede ocurrir a un amigo de la poesía.
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Para ser poeta hay que saber olvidar.
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Ser poeta es saber guardar secretos.
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Si crees saber lo que es la poesía, es que no eres poeta.
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El verso libre está siempre en libertad vigilada.
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Sin poesía, la prosa sería un error.
Enciclopedia de libros españoles de aforismos
Inauguramos nueva sección, en la que vamos a empezar a recopilar los mejores aforismos de los libros escritos por autores nacidos o residentes en España, y publicados en nuestro país a partir del año 2010 en adelante. Lo hacemos para reunir en un único espacio virtual la más ingente cantidad de información posible sobre este tema, a modo de "enciclopedia" para su consulta por parte de cualquier interesado o estudioso en el futuro. Las primera obras que incorporamos son los libros de Carlos Marzal, Ana Pérez Cañamares, Manuel Neila, Victoria León, José Luis Morante, Ander Mayora, Jordi Doce, Dionisia García, Fernando Menéndez, Erika Martínez, Felix Trull, José Antonio Santano, Emilio López Medina, Carmen Canet, José Ángel Cilleruelo, Pedro Roso, Antonio Rivero Taravillo, Miguel Ángel Arcas, Gabriel Insausti y Mario Pérez Antolín, entre otros.
Los aforistas que se ocupan de Dios
Una somera lectura de los libros publicados en España en los últimos años, y ciñéndonos exclusivamente al siglo XXI, nos permite afirmar, de manera taxativa, que los aforistas españoles vivos, contra la impresión apresurada, sí se ocupan de Dios. A propósito de la publicación de la antología Las cosas que no son. Los aforistas y Dios por parte de Libros al Albur, reunimos un puñado de aforismos sobre Dios escritos por Juan Kruz, José Luis García Martín, Gregorio Luri o Jesús Cotta, entre muchos otros.
De poetas a aforistas
Iniciamos en El Aforista una ronda de entrevistas con poetas que, en un momento dado, empezaron a cultivar el género más breve, hasta incorporarlo a su quehacer cotidiano. Contribuyen Ana Pérez Cañamares, León Molina, José Luis Morante, Raquel Vázquez y Antonio Rivero Taravillo, entre otros.
Cioran: la pausa del espíritu

Pessoa: aprender a no ser nadie
La obra y la personalidad de Fernando Pessoa han sido sobradamente estudiadas, analizadas e incluso desmenuzadas desde que, en 1982, se diera a conocer uno de los títulos mayúsculos del siglo XX, su proteico y deforme Libro del desasosiego. La pluralidad y heterogeneidad del autor eran, no sólo conocidas, sino fomentadas por él mismo, así que sería ocioso abundar de nuevo en ello. Aun así, tal vez se haya incidido excesivamente en su gusto por los heterónimos desde la perspectiva de la multiplicación de la identidad personal, orillando el hecho de que, detrás de ella, late un proyecto de destrucción de la misma, una verdadera tarea de conquista del anonimato esencial del ser humano.
Gil-Albert: el placer de discurrir
Un arte de vivir es un volumen misceláneo, compuesto por anotaciones dispersas entre las cuales los aforismos tienen un papel destacado, donde Juan Gil-Albert (Alcoi, 1904-Valencia, 1994) "escribe, como si se tratara de un dietario personal", en palabras de Claudia Simón, aquellas reflexiones en bruto que luego darían pie, o no, a algunos de sus poemas, ensayos o artículos de prensa. Ese carácter primario, un tanto visceral, nos permite acceder a la intimidad del escritor desde una perspectiva nueva, la cual ya habíamos avizorado en su Breviarium vitae. Son sus disquisiciones, aun inspiradas en la España de su época, de total actualidad, plenamente vigentes, lo cual nos informa, para nuestro espanto, de lo poco que cambian algunas naciones por mucho que muden sus estructuras políticas, y para nuestro consuelo, de lo mucho que perviven los buenos textos cuando apuntan a lo esencial.
Hiram Barrios: "El aforismo es una suerte de épica posmoderna"

Los sofismas de Vicente Núñez
Vicente Núñez (Aguilar de la Frontera, Córdoba, 1926 - 2002) empezó a publicar sus peculiares 'sofismas' en octubre de 1987, y siguió haciéndolo prácticamente hasta su muerte en las páginas de los periódicos Córdoba y El Correo de Andalucía. Según indica Miguel Casado, "se trata de tiradas breves, que recogen en cada caso ocho o diez frases, sin una especial ordenación ni alguna clase de afinidad temática". Estos sofismas se recogieron en volumen en varias ocasiones: Sofisma (1994), Entimema (1997) o Sorites (2000). El propio Casado publicó la antología Nuevos sofismas (Germania, Alzira, 2001), en la cual agrupaba los aforismos por temas, a modo de diccionario extravagante; con ello muchas de las anotaciones se iluminaban entre sí, logrando una apariencia sistemática que tal vez no había buscado conscientemente el autor (lo cual no significa que no existiera). En El Aforista compartimos algunos de los aforismos de este libro que más nos han llamado la atención.
Karl Kraus: el artista es el Otro

María Zambrano: la entraña del cielo
En el libro titulado Dictados y sentencias (Edhasa, Barcelona, 1999), Antoni Marí realizó una selección de frases entresacadas de las obras de María Zambrano, tal vez la autora más densa, honda y audaz del pensamiento español de todos los tiempos. La exigencia de claridad que la propia Zambrano planteaba como horizonte moral y conceptual de la filosofía se traduce en un estilo con sobreabundancia de expresiones rotundas, apodícticas, válidas por sí mismas aunque deudoras de una cosmovisión que las ilumina y dignifica. Es por ello que la operación desnaturalizadora de Marí, y en general de todas las antologías que destilan aforismos a partir de textos de otra naturaleza, encuentra en este caso una plena justificación, tanto filosófica como poética.