Camón Aznar: la conciencia del átomo


José Camón Aznar fue un catedrático, historiador, escritor y crítico de Arte. Nació en Zaragoza en 1898 y murió en Madrid en 1979 a los 80 años de edad. Humanista fecundo y polifacético, dotado de una vasta formación académica y una honda sensibilidad artística que supo combinar en todo momento con rigor intelectual, dejó impresa una extensa y fructífera obra de análisis y reflexión que, le convierte en una de las figuras más destacadas del panorama cultural español del siglo XX. Sus intereses como historiador del arte se centraron en el Renacimiento, buscando siempre una interrelación entre las distintas artes y entre éstas y los acontecimientos de su tiempo. La ingente obra del profesor Camón Aznar abarca más de ochenta libros, doscientas cincuenta separatas, así como innumerables artículos periodísticos, presentaciones de catálogos de exposiciones de arte clásico y moderno, prólogos de obras de literatura, filosofía y arte, comentarios y críticas a casi todos los principales artistas españoles contemporáneos, recensiones de libros, conferencias, comunicaciones a congresos, etc. Seleccionamos de su libro Aforismos del solitario aquellos dedicados a la temática de Dios, escritos desde una perspectiva rigurosamente católica.


Ya hemos crucificado a Dios. Ya el sueño de la humanidad lo acuna el diablo.

*

La creación es la historia del sufrimiento de Dios

*

La escala de Jacob: antes de Cristo para buscar a Dios en las alturas, después en los abismos.

*

Cristo es la divinidad temporalizada: cada minuto lo crucifica.

*

He hablado con el diablo y hemos quedado amigos. He hablado con Dios y las palabras han abrasado mis labios.

*

¿La rapidez del pensamiento? No. Como Dios está en mí, no tengo que recorrer ningún espacio para alcanzarlo.

*

¡Qué gozo! Me he perdido dentro de Dios y ya no encuentro la salida.

*

¿Cuando te convencerás de que Dios es Cristo? Cuando tu hijo esté enfermo.

*

Las leyes generales se cobijan bajo el manto de Dios. pero ¿quién cuidara de las excepciones? Jesucristo.

*

¿Como concibes el infinito? como el crecimiento incesante de Dios en el seno de Dios.

*

Contra el argumento de Descartes "Dios es perfecto luego tiene que existir", yo esgrimo el mío: "Dios es perfecto luego tiene que morir". Y esto explica a Jesucristo.

*

Servir a Dios. Cuando el hombre es tan infeliz y tan aniquilado que Dios mismo puede ser su siervo.

*

Una diferencia entre el hombre y Dios. El hombre posee la ciencia del átomo. Dios su conciencia.

*

En Dios, la contemplación equivale a la creación. Cuando Dios se contempla a sí mismo, se crea.

*

Si llamas a Dios, Dios acudirá, pero a su hora. Si llamas al diablo, este se presenta en el acto.

*

¿Cómo concibes la eternidad? Como un instante en el seno de Dios.

*

Juicio final. Todos los juicios de Dios en todos los minutos de la creación son absolutos, es decir, finales.

*

Dios. Para Oriente, el ser innombrable. Para Occidente, el ser capaz de un infinito de nombres.

*

La limitación absoluta de Dios: el no poder no ser.

*

El Ser perfecto de Parménides es la esfera. Ella es la imagen del universo. Pero llega el cristianismo y la coloca en la mano de Dios.

*

El misterio en religión no lo provoca lo desconocido, sino lo contradictorio.

*

Concibo el Apocalipsis como el despertar de Dios al fin del séptimo día.

*

Si Dios es Dios, el diablo es el que cambia.

*

Dios en su infinita sabiduría ha creado dos tipos de hombre: unos que crean y otros que critican la obra creada. ¡A criticar, pues!

*

¿Cómo conocerás al diablo? Porque sus lemas son siempre los de Dios, sin Dios.

*

Drama del clasicismo: entre el hombre y Dios se interpone la proporción.

*

El tiempo para Dios es un instante, pero un instante sobre el que ha caído una gota de su sangre.

*

Ante el hombre Dios se envuelve en la túnica del espacio.

*

Esperas algo: luego crees en algo: luego crees en Dios.

*

El oído es un sentido que no puede cerrarse a voluntad. Oirás siempre la voz de Dios que te llama.

*

Contrato entre Dios y el hombre: yo te doy mi sangre; tú, el espíritu.

*

Dios creó al mismo tiempo la ley y la rebeldía, es decir, los géneros y las individualidades.

*

¿La voluntad? La resistencia a dejarnos arrastrar por la corriente que brota de Dios.

*

Desde que Cristo oró en lo alto de una montaña, ya toda la Tierra se ha convertido en templo.

*

Para los Vedas, Dios es "el que mide el espacio". Para nosotros, "el que lo desmesura".

*

Dios y millones y millones de dioses, cada hombre una sombra de Dios. Y Dios alza hasta sus labios esta copa de la tierra llena de sangre.

*

Dos tipos de religión. La del que cree para conocer y la del que conoce para creer.

*

Dos extremos: el hombre y Dios. y, uniéndolos, el cuerpo infinito de Jesucristo.

*

Al razonador, Dios le ha privado del sentido del terror.

*

Qué fácil sería el cristianismo si en lugar de predicar el amor al prójimo (al próximo) lo hubiera hecho al hombre en abstracto.

*

El ateo ha roto el pagaré. Pero la deuda sigue.

*

Dios separó la luz de las tinieblas y el tolerante permite que se unan.

*

Dios creó los sustantivos; el hombre, los adjetivos.

*

Durante ese momento que he pensado en Dios, un pájaro ha cantado 300 años.

*

El ateo profesional tiene una sola creencia: la de no creer en Dios.

*

Pienso, luego Dios existe.

*

Arte auténtico: el que poda de la naturaleza todo lo que nos impide la vista de las bellezas de Dios

*

Dios se libera de todo su poder dejándose crucificar.

*

La libertad sólo se puede reclamar para amar a Dios o para amar al diablo.

*

Distinción: para el universo, lo ilimitado; para el alma, lo infinito; para Dios, lo eterno.

*

El cristianismo liberó a Dios del mármol.

*

O estás con Dios o estás solo.

*

Al contemplar el mundo, advertimos nuestra diferencia; al contemplar a Dios, nuestra identidad.

*

Frente a los dioses griegos, el hombre contempla su felicidad; frente al Dios cristiano, su dolor.

*

La tolerancia es el reino de lo posible, y Dios es el reinado de lo cierto.

*

A un pacto con el diablo para una nueva juventud prefiero un pacto con Dios para un eterno renacer.

*

Una definición de Dios: el que conoce las cosas que no son.

*

Hombre soy y nada de lo divino me es ajeno.

*

Si la existencia de Dios pudiera demostrarse con razonamientos, la razón estaría por encima de la divinidad.

*

Dios crea con la necesidad su satisfacción. De aquí la existencia de la eternidad.

*

Después de los seis días de la creación, el séptimo descansó. y Dios, descansó en la cruz.






Enciclopedia de libros españoles de aforismos

Inauguramos nueva sección, en la que vamos a empezar a recopilar los mejores aforismos de los libros escritos por autores nacidos o residentes en España, y publicados en nuestro país a partir del año 2010 en adelante. Lo hacemos para reunir en un único espacio virtual la más ingente cantidad de información posible sobre este tema, a modo de "enciclopedia" para su consulta por parte de cualquier interesado o estudioso en el futuro. Las primera obras que incorporamos son los libros de Carlos Marzal, Ana Pérez Cañamares, Manuel Neila, Victoria León, José Luis Morante, Ander Mayora, Jordi Doce, Dionisia García, Fernando Menéndez, Erika Martínez, Felix Trull, José Antonio Santano, Emilio López Medina, Carmen Canet, José Ángel Cilleruelo, Pedro Roso, Antonio Rivero Taravillo, Miguel Ángel Arcas, Gabriel Insausti y Mario Pérez Antolín, entre otros.


Los aforistas que se ocupan de Dios

Una somera lectura de los libros publicados en España en los últimos años, y ciñéndonos exclusivamente al siglo XXI, nos permite afirmar, de manera taxativa, que los aforistas españoles vivos, contra la impresión apresurada, sí se ocupan de Dios. A propósito de la publicación de la antología Las cosas que no son. Los aforistas y Dios por parte de Libros al Albur, reunimos un puñado de aforismos sobre Dios escritos por Juan Kruz, José Luis García Martín, Gregorio Luri o Jesús Cotta, entre otros.


De poetas a aforistas

Iniciamos en El Aforista una ronda de entrevistas con poetas que, en un momento dado, empezaron a cultivar el género más breve, hasta incorporarlo a su quehacer cotidiano. Van a desfilar con sus aportaciones Ana Pérez Cañamares (con quien iniciamos la serie), León Molina, Miguel Ángel Arcas, Raquel Vázquez y Erika Martínez, entre otros.


Cioran: la pausa del espíritu

Émil Cioran fue uno de los escritores más personalmente antihumanistas del s. XX. Nacido en Rumanía, hijo -como Nietzsche- de un pastor, recaló en París hasta su muerte, renegando de todos los rebaños. Sus libros, justamente célebres por su pesimista visión de la existencia, poseen una bella melancolía que los salva de la insulsa salmodia quejica. En ellos, además, encontramos muchos de los aforismos más redondos de la filosofía reciente; herederos, en parte, de los del Schopenhauer de Parerga y Paralipomena, así como de los textos breves de Lichtenberg y Kierkegaard, abordan de manera acerada y cruel algunos de los temas lacerantes de nuestra condición humana: la plenitud imposible, la muerte, el fracaso, la historia y sus pesos, la poesía y sus contrapesos...  En El Aforista nos hacemos eco de algunos de los reunidos en El ocaso del pensamiento (1940), uno de sus títulos formalmente más equilibrados y austeros, si es que se pueden usar dichos epítetos en un autor tan decididamente desmesurado.


Pessoa: aprender a no ser nadie

La obra y la personalidad de Fernando Pessoa han sido sobradamente estudiadas, analizadas e incluso desmenuzadas desde que, en 1982, se diera a conocer uno de los títulos mayúsculos del siglo XX, su proteico y deforme Libro del desasosiego. La pluralidad y heterogeneidad del autor eran, no sólo conocidas, sino fomentadas por él mismo, así que sería ocioso abundar de nuevo en ello. Aun así, tal vez se haya incidido excesivamente en su gusto por los heterónimos desde la perspectiva de la multiplicación de la identidad personal, orillando el hecho de que, detrás de ella, late un proyecto de destrucción de la misma, una verdadera tarea de conquista del anonimato esencial del ser humano.


Gil-Albert: el placer de discurrir

Un arte de vivir es un volumen misceláneo, compuesto por anotaciones dispersas entre las cuales los aforismos tienen un papel destacado, donde Juan Gil-Albert (Alcoi, 1904-Valencia, 1994) "escribe, como si se tratara de un dietario personal", en palabras de Claudia Simón, aquellas reflexiones en bruto que luego darían pie, o no, a algunos de sus poemas, ensayos o artículos de prensa. Ese carácter primario, un tanto visceral, nos permite acceder a la intimidad del escritor desde una perspectiva nueva, la cual ya habíamos avizorado en su Breviarium vitae. Son sus disquisiciones, aun inspiradas en la España de su época, de total actualidad, plenamente vigentes, lo cual nos informa, para nuestro espanto, de lo poco que cambian algunas naciones por mucho que muden sus estructuras políticas, y para nuestro consuelo, de lo mucho que perviven los buenos textos cuando apuntan a lo esencial.


Hiram Barrios: "El aforismo es una suerte de épica posmoderna"

El Aforista entrevista a Hiram Barrios, a propósito del boom aforístico que está experimentando España en los últimos años. Barrios (nacido en 1983) es escritor, traductor y catedrático. Estudió Letras en la UNAM y es especialista en Literatura Mexicana por la UAM. Ha publicado cuentos, poemas, ensayos y traducciones para distintas revistas, periódicos y suplementos culturales de circulación nacional. Textos suyos han aparecido en revistas de Colombia, Venezuela, Argentina y España. Es autor de los libros El monstruo y otras mariposas (ensayo, 2013) y Apócrifo (aforismo, 2014). Como experto estudioso del aforismo, también es responsable de la antología de autores mexicanos titulada Lapidario (2015). Es profesor de arte y literatura en el Tecnológico de Monterrey, Campus Estado de México.


Los sofismas de Vicente Núñez

Vicente Núñez (Aguilar de la Frontera, Córdoba, 1926 - 2002) empezó a publicar sus peculiares 'sofismas' en octubre de 1987, y siguió haciéndolo prácticamente hasta su muerte en las páginas de los periódicos Córdoba y El Correo de Andalucía. Según indica Miguel Casado, "se trata de tiradas breves, que recogen en cada caso ocho o diez frases, sin una especial ordenación ni alguna clase de afinidad temática". Estos sofismas se recogieron en volumen en varias ocasiones: Sofisma (1994), Entimema (1997) o Sorites (2000). El propio Casado publicó la antología Nuevos sofismas (Germania, Alzira, 2001), en la cual agrupaba los aforismos por temas, a modo de diccionario extravagante; con ello muchas de las anotaciones se iluminaban entre sí, logrando una apariencia sistemática que tal vez no había buscado conscientemente el autor (lo cual no significa que no existiera). En El Aforista compartimos algunos de los aforismos de este libro que más nos han llamado la atención.


Karl Kraus: el artista es el Otro

En palabras del filósofo y aforista Miguel Catalán, "de la síntesis entre lo ético estético procede la importancia del aforismo que, a partir de 1905, irá dominando toda la escritura del austríaco Karl Kraus (28 de abril de 1874 - 12 de junio de 1936), pero que constituye también la forma secreta de toda su escritura. Canetti lo expresa indicando que en sus libros y discursos nunca existió un principio organizador dominante, sino que las frases aisladas (inatacables, perfectas) iban ensamblando, el modo de sillares, una Muralla China igualmente eficaz en todas sus partes. Quintaesencia de su estilo y de un ideario personal que intentaba unificar fondo y forma, el aforismo de Kraus presenta una densidad excepcional y unas aristas cortantes, cualidades que tanto influirían en el estilo de escritura de Ludwig Wittgenstein, Elias Canetti, Thomas Bernhard o Peter Handke". El Aforista publica una breve selección de los aforismos de Karl Kraus, extraídos de La tarea del artista (Casimiro, Madrid, 2011), con la pertinente autorización de su traductor y antólogo, el propio Catalán, a quien agradecemos su generosidad.


María Zambrano: la entraña del cielo

En el libro titulado Dictados y sentencias (Edhasa, Barcelona, 1999), Antoni Marí realizó una selección de frases entresacadas de las obras de María Zambrano, tal vez la autora más densa, honda y audaz del pensamiento español de todos los tiempos. La exigencia de claridad que la propia Zambrano planteaba como horizonte moral y conceptual de la filosofía se traduce en un estilo con sobreabundancia de expresiones rotundas, apodícticas, válidas por sí mismas aunque deudoras de una cosmovisión que las ilumina y dignifica. Es por ello que la operación desnaturalizadora de Marí, y en general de todas las antologías que destilan aforismos a partir de textos de otra naturaleza, encuentra en este caso una plena justificación, tanto filosófica como poética.