El Aforista somete a los aforistas españoles al Cuestionario Chamfort, un listado cerrado de preguntas sobre la escritura más breve, con el propósito de cartografiar un mapa más o menos minucioso del estado del género actualmente en España. En esta ocasión, nos visita Miguel Catalán.
Foto de Fermín Juan |
1. ¿Recuerda cuándo empezó a escribir aforismos de una forma consciente, es decir, comprometido con el género en cuanto autor?
Debo señalar que ninguno de mis cuatro libros de pensamiento breve, incluyendo Así es imposible, el inédito que publicará Trea este otoño, está compuesto sólo de aforismos. Hay una mayoría de aforismos, desde luego, pero también asociaciones de vocablos que no llegan a componer un enunciado, y al otro extremo reflexiones amplias, con oraciones subordinadas, hipótesis con cierto desarrollo, y hasta microcuentos; lo que tienen en común todas esas formas es una suerte de aire de familia que he nombrado con el título de “paradojas”, en el sentido de que toda idea genuina tiende a ser paradójica. Pensaba al rotular esa práctica de escritura en la propia etimología de “paradoja”, que significa “al margen”, o “más allá” (pará) de la “opiniones” comunes (dóxa). Volviendo a la pregunta sobre el origen, imagino que un buen día de 1998 o 1999 me di cuenta de que llevaba escritas unos cuarenta o cincuenta piezas, y que en ese momento decidí reunirlas en el que sería mi primer libro de pensamiento breve. Supe que necesitaba más unidades para formar un volumen y ahí es quizá donde entró el cultivo del aforismo. Ese libro inicial se compondría de 111 pensamientos y salió con el título de El sol de medianoche (Edicions de Ponent, 2001).
2. ¿Cuál es su método de creación y composición de aforismos? ¿Los corrige de forma concienzuda, o prefiere respetar la primera intuición?
El pensamiento breve genuino es, a mi modo de ver, el que viene sin buscarlo. Esa idea ya formada o casi formada puede llegarte de no se sabe dónde, en cualquier caso un ámbito exterior donde en cierto modo la secuencia ya está escrita. Beethoven dijo en cierta ocasión que algunas melodías que se le atribuyen estaban en el aire del campo, que él simplemente pasaba por allí, las oía y corría a transcribirlas al pentagrama. Ese tipo de aforismo sólo pide algún pequeño ajuste. El problema es que tales cadenas de palabras no se presentan muy a menudo. En el extremo opuesto figura esa idea vaga que todavía carece de expresión pero que percute de vez en cuando en la conciencia hasta ir formándose poco a poco. Entre uno y otro tipo están todos los demás, porque para escribir aforismos hay técnicas muy diversas y grados de elaboración muy distintos.
3. ¿Cuál son sus aforistas de cabecera?
Sin orden valorativo ni cronológico: Cioran, Nicolás Gómez Dávila, Schopenhauer, Nietzsche, Kraus, Canetti, Victor Hugo, Sánchez Ferlosio. La editorial Casimiro me permitió hacer una selección de los pensamientos sobre arte de Kraus y de Nietzsche. Disfruté mucho, aunque la parte más ardua fue la de prescindir de algunos, porque tanto Kraus como Nietzsche fueron a la vez prolíficos y certeros.
4. Dígame su aforismo favorito, aquel que envidia no haber escrito usted.
Quizá un pensamiento de John Stuart Mill: “Sólo son felices quienes tienen su pensamiento fijo en algún objeto distinto de su propia felicidad”.
5. ¿Recuerda el mejor aforismo sobre el aforismo que haya leído?
Puede ser el de Karl Kraus: “La espiración más larga corresponde al aforismo”. Relaciona el aforismo con la respiración, un tema que luego heredará Canetti; todo el aire que puedas soltar de una vez te brinda la extensión máxima de un aforismo. Nos recuerda que el origen de la escritura es la palabra hablada, y que el ritmo no sólo de la palabra, sino del pensamiento que la origina, viene hasta cierto punto determinado por la respiración. Quizá por eso Nietzsche solía decir que la única forma de pensar bien es caminando al aire libre.
6. ¿Qué lugar ocupa el aforismo en su actividad creadora, respecto a otros géneros?
Hasta hace tres o cuatro años era una actividad más bien difusa y discontinua, pero desde entonces ha adquirido mayor relevancia hasta convertirse en un elemento polar de mis hábitos de escritura. Digo “polar” porque dedico muchas horas al tratado Seudología, que es el trabajo de toda una vida. Esa tarea de largo aliento empezó en 1998 (los tomos V y VI salieron esta primavera), pero lo cierto es que la composición de pensamientos breves como vía de escape creativa, o como contrapeso literario a una tarea tan absorbente y prolongada, sólo se me ha tornado necesaria desde La nada griega, que está formada por pensamientos escritos años atrás, pero que también necesitó de una fase última de trabajo intensivo entre 2011 y 2012.
7. ¿Cree que se está produciendo en España cierta burbuja aforística?
Se publica mucho más que hace un decenio, eso parece indudable. El auge del género significa no sólo que hay autores, sino también lectores y editores interesados en el punto de vista a la vez breve y sustancial que representa el género. Lo veo como una buena noticia, porque de la cantidad suele salir la calidad; no hay que fijarse tanto en la expresión de la medianía como en las posibilidades que brinda para el afloramiento de lo excelente. Y espero que no sea una moda, porque leer pensamientos breves produce tanta dicha como leer poesía.
8. ¿Qué influencia cree que pueden haber ocasionado ciertos fenómenos sociales (como la publicidad o las redes sociales) en el actual boom del aforismo?
No se me había ocurrido pensarlo. Pero seguramente es cierto que Twitter sobre todo ha ayudado. Yo tomaría la dirección contraria para recomendar la lectura de Félix Féneon, un autor francés de hace casi un siglo que ya escribía tuits antes de Twitter. En España se han editado sus “Novelas de tres líneas”; lo que hacía Féneon era resumir hechos reales, normalmente luctuosos, para el periódico en que trabajaba. En los últimos tiempos he leído pocas cosas tan sutiles e inteligentes, a veces hilarantes, como los breves de Féneon.
9. ¿Qué virtud y qué peligro puede tener el aforismo respecto a otros géneros literarios?
La máxima y el aforismo se parecen a la poesía en que es fácil refugio de los malos escritores. La impericia de un escritor que no domine la gramática o la puntuación pasa más desapercibida en poesía o aforística que en una novela o en un ensayo. Pero lo contrario también es cierto, y eso es lo importante: para escribir buena poesía y buena aforística se necesita de un don o gracia no sometidos a reglas de gramática o de lógica. Un poema logrado o un pensamiento redondo superan cualquier otra forma de expresión escrita.
10. Para terminar, obséquieme con un aforismo inédito, nunca antes publicado en ningún otro sitio.
Pongamos uno de Así es imposible, el libro que sacará Trea este otoño: “El parásito perfecto es el que se hace grato”.
OTROS AUTORES SOMETIDOS
AL CUESTIONARIO CHAMFORT
Gabriel Insausti
Nacido en San Sebastián en 1969, poeta, traductor y profesor de literatura. Es Doctor en Filología Hispánica y en Filología Inglesa. Desempeña su labor docente en el departamento de Literatura hispánica y Teoría de la literatura de la Universidad de Navarra. En el género aforístico, la editorial Renacimiento de Sevilla acaba de publicar Preámbulos, donde se recopila una buena parte de su quehacer en este campo.
León Molina
El autor, nacido en Cuba y residente en Albacete, ha publicado su primer libro de aforismos en 2015, Mapa de ninguna parte, el cual ha sido saludado por la critica como uno de los hitos del género en castellano de los últimos años. Aparte, es dueño de un hondo decir poético, plasmado en títulos como Llegar o El taller del arquero.
Carmen Camacho
Joven autora dotada de una inventiva fértil y provocadora, Camacho es conocida, aparte de por sus originalísimos aforismos y contraaforismos, por su labor didáctica y docente (organiza talleres de creación de aforismos con regularidad) y por su vocación dinamizadora de todo tipo de eventos literarios y culturales.
Elías Moro
Moro, que actualmente reside en la ciudad extremeña de Mérida, es poeta y narrador, aparte de prolífico aforista. Su libro El juego de la taba lo dio a conocer al público lector del género más breve, y en 2015 ha publicado Algo que perder, con el que confirma su don natural para la expresión rápida y concisa.
José Luis Morante
Morante, cuya obra poética ha mericido el Premio Luis Cernuda, el Internacional de Poesía San Juan de la Cruz, o el Hermanos Argensola. Ha publicado varios libros de poesía y ensayo literario. Es responsable del blog Puentes de Papel. En el género aforístico, escribió Mejores días y acaban de aparecer sus Motivos personales (2015).
Mario Pérez Antolín
De uno de los libros de Pérez Antolín dijo Eugenio Trías que "está lleno de chispazos de inteligencia y sabiduría que acreditan el oficio del que escribe". Victoria Camps, por su parte, elogio de él que "muestra con su escritura que el pensamiento es capaz de emocionar al dejar de ser ese discurso árido que sólo sabe enlazar abstracciones y nos distancia del mundo".
Manuel Neila
Neila es poeta, crítico literario y traductor. Su interés por las “formas breves", en general, y por el aforismo, en particular, se viene materializando en libros como El silencio roto, Pensamientos de intemperie (que incluye una selección de los cuadernos El silencio roto, Palabras en vilo, La voz desnuda, Juicios en alarde) y Pensamientos desmandados, que acaba de aparecer en Ediciones de La Isla de Siltolá.
Aforistas españoles vivos
Como un suculento y nutricio menú degustación ha sido mi lectura de este Aforistas españoles vivos que Libros al Albur ha puesto al alcance de los lectores aficionados al género. Un espléndido menú de once platos sabiamente combinados en los que, en variadas dosis y tiempos de cocción, y picando de aquí de y de allá, se paladean todos los sabores conocidos, si bien, al menos para quien esto suscribe y acaso producto de los tiempos que corren, lo ácido y lo amargo se llevan la palma.
De los aforismos de Lichtenberg, que tradicionalmente han conocido una excelente acogida en el mercado editorial español, existen tres ediciones distintas, publicadas por Edhasa, Cátedra y Fondo de Cultura Económica. Este volumen publicado por Hermida Editores, el primero de la obra completa que ahora se publica en traducción de Carlos Fortea y prólogo de Jaime Fernández, recoge los tres primeros cuadernos según la edición canónica publicada en alemán, con lo cual nos encontramos ante una novedad de importancia dentro del género en español.
Ilusión y verdad del arte, de Nietzsche
Ilusión y verdad del arte es una antología de pensamientos de Friedrich Nietzsche en torno al tema de la ilusión y la autenticidad en el arte. Escogidos, traducidos y prologados por Miguel Catalán, dan una visión panorámica de las ideas del filósofo alemán sobre la función y el sentido del arte en la vida humana. Aunque el orden de los textos es temático y no temporal, por estas páginas van pasando ante los ojos del lector las distintas fases del pensamiento de Nietzsche hasta los casi desconocidos fragmentos póstumos.
Reflexiones del señor Z. no es un libro de aforismos, en el sentido clásico del término: sus 259 textos, más o menos breves todos ellos, encajan mal con la aspiración más o menos moral, más o menos sapiencial, del lapidario género más breve. Aquí, unos llevan a otros, como cuentas distintas de un mismo collar. Reflexiones del señor Z. tampoco es un libro de microrrelatos, entendidos como lentejuelas narrativas que brillan un momento, cuando incide sobre ellas la luz de la lectura, y luego se apaga. En este caso, la luz rebota y va dando saltos, sin encontrar un posadero al final.
La ventana invertida, del filósofo y mago Miguel Catalán, no es su primer libro. Ni es el primer libro suyo que leo. A Catalán, como a mí, le gusta lo breve. Seguramente, al igual que yo, lo ha leído todo. Sin duda es un lector exhaustivo, pero se queda con lo nuclear, lo contundente, lo esencial. Y todo ello le inspira lo propio. Esta “ventada invertida” lo presupone. Se nota que tiene un gran dominio de la concisión, al menos para expresar sus pensamientos por escrito. Y yo se lo agradezco profundamente. Esta ventana suya nos ofrece las reflexiones que se hace a sí mismo sobre su entorno más interno y externo.