Destellos de inteligencia e ingenio


Isabel Alamar.- 11 Aforistas a contrapié es una selección de aforismos realizada por el conocido crítico y escritor José Luis Morante que ha sido editada por Ediciones Liliputienses.

En esta obra encontraremos la mirada aforística de once escritores de reconocido prestigio. Se trata de un libro muy heterogéneo por dos razones, una, por los diferentes estilos (máximas, sentencias, aseveraciones, reflexiones, microrrelatos…) y, otra, por los temas tratados por los antologados que son también muy diversos (política, sociedad, amor, desamor, poesía…).

La antología viene precedida por un hermoso y esclarecedor prólogo de Morante, que hará las delicias de los lectores. En él nos desvelará algunas de las claves más interesantes de este género breve y nos proporcionará unos breves apuntes sobre los rasgos de estilo de cada uno de los autores seleccionados para esta peculiar antología.

Por otra parte, de cada uno de estos once escritores tendremos un apartado que consta de una magnífica foto en primer plano, una breve biografía y lo más importante unas seis páginas con algunos de sus mejores aforismos.

Por ejemplo, de Luis Felipe Comendador, escritor con el que se abre el libro, podremos leer algunos de sus consejos, ungidos a la vez de pesimismo y rebeldía como nos demuestra en estos tres casos:

Defínete y no serás otra cosa.

Tener cerca algo grande y no percatarse… Eso es la mediocridad.

La diferencia la marca quien insiste cuando todo está perdido.

De Karmelo C. Iribarren percibiremos casi siempre cierta crítica ácida no exenta de lucidez lacónica, lo que la convierte en perlas o armas literarias como las siguientes:

Que no se note el esfuerzo, he ahí otra forma de talento.

El problema de los que quieren cambiar el mundo es que ellos ni e lo plantean. Cambiar, quiero decir.

Complicar las ideas te hará parecer inteligente ante los ingenuos. Pero hasta esos se cansarán de ti. No desesperes, por pura supervivencia te seguirán dos o tres críticos.


De Elías Moro, el tercer aforista que aparece en el libro, resaltaremos que es capaz de realizar un viaje interior hacia sí mismo del que sale reforzado con certezas que son válidas para todos:

De vez en cuanto tenemos que librar batallas que sabemos pedidas de antemano.

La duda es una herida siempre abierta; la certeza, una cicatriz cerrada en falso.

Para escribir un buen aforismo no basta con encontrar la chispa, hay también que encender la luz.


Respecto a Mario López Antolín, podemos observar que su discurso es algo más extenso que el del resto. Y que es irónico y fruto de un análisis concienzudo de la realidad como podemos comprobar cuando nos hace partícipes p. e. de lo siguiente:

Cuesta aceptar que la mayor traición siempre obedezca al exceso de confianza que depositamos en quien desea parecérsenos. Basta con detectar al imitador para neutralizar al futuro conspirador.

Uno de los problemas estructurales de la política es que quienes deciden no sufren los efectos adversos de sus decisiones. El que no se priva no debería ordenar privación.

Que molesto, ya lo sé. Que estorbo a la mayoría, me consta. Que mis opiniones resultan sospechosas, lo asumo. Que no soy un ejemplo a seguir, no lo discuto. Que altero el orden establecido, podría admitirlo. Por algo me hice poeta.


De Felix Trull, podemos asegurar sin temor a equivocarnos que le encanta explorar todas las posibilidades de un campo temático, en este caso, el de la duda (en lo que podría ser un claro homenaje a Descartes) y que lo hará, además, con precisión e ironía, véase si no:

Toda afirmación es dudosa, salvo esta.

Dudo, luego existes.

Quien duda parcialmente, triunfa parcialmente.


De Ana Pérez Cañamares, resaltamos su estilo, peculiarmente incisivo, que goza de muy buena salud intelectual y que hunde sus raíces en lo cotidiano y en lo poético:

El trabajo de poeta consiste también en desmitificar el trabajo de poeta.

Los poetas no son como los demás, son también los demás.

El trabajo es la noria y el ocio la zanahoria. Eso nos deja el papel del burro. 

 

En cuanto a José María Cumbreño queda claro y demostrado que le encanta jugar con el lenguaje. Por ello, lo utiliza a la perfección y con un grado máximo de ingenio hasta el punto de que con cada uno de sus aforismos tendremos la sensación de que tanto en el lenguaje como en la vida todo está relacionado:

Ten en cuenta que el árbol crece en dos direcciones, pero solo una brinda un lugar a la sombra.


YOYÓ

Metáfora infantil de la soledad.


LA PARTE POR EL TODO

Todas las casas se construyen con presencias y ausencias.

El ladrillo que se pone será un muro.

El ladrillo que no se pone será una puerta. 


A Luis Arturo Guichard, como buen amante de la Filosofía, le gusta cuestionárselo todo. Por eso, también toca el tema de la duda, que en su caso es crucial, o el de la perfección o el de los límites y para ello emplea aforismos que parecen microrrelatos, pero, mejor, veámoslo con unos cuantos ejemplos:

Hay un cálculo en la derrota. El problema es que solo ella lo entiende.

El problema son las segundas oportunidades, a las que siguen inevitablemente las terceras. Cuando logres escribir como si tu hoja de papel y tu cartucho de tinta fueran los últimos sobre la tierra, entonces sabrás lo que es la ausencia, el oro, la poesía.

Taller de literatura con el maestro zen. -Maestro, dicen que sus libros son perfectos. Quiero conseguirlos y leerlos, ¿dónde están publicados? -En el otro mundo; en cualquier librería de ahí los encuentra.


En José Antonio López-Amor encontraremos un lenguaje muy actual junto a la áspera crítica social que, además, será siempre breve y certera, he aquí tres dardos que lo ejemplifican claramente:

La envidia es un homenaje interior que hacen los mediocres contra su voluntad.

Los trepas están escogiendo continuamente a sus futuros ex amigos.

Una mujer debe merecer dos Premios Nobel para que se planteen concederle uno.


Rosario Troncoso es la mirada atenta, la introspección salvaje en nuestras propias experiencias, el lenguaje claro, directo y honesto que nos removerá por dentro:

Observar en exceso las cicatrices abre heridas nuevas.

Para sobrevivir es necesaria la demolición, hacer añicos lo que nos destruye.

No se debe malgastar generosidad en la admiración a personas equivocadas. 


Y, por último, tenemos la mirada hiperimaginativa de Sihara Nuño, que es la que cierra el libro. Esta escritora con su íntima, cercana y sobre todo contundente voz, llena de contrastes, nos transmitirá apreciaciones que son oro puro:

De tu mano nacen flores. Flores que atraen a las avispas.

Los hipocondríacos podemos morir más de una vez.

No es posible burlar a la muerte. Por fortuna la vida tiene un aforismo.


En suma, no un solo aforismo, sino muchos y muy variados es los que encontraremos para nuestro total regocijo y disfrute, en esta antología que nos seducirá de principio a fin con sus múltiples destellos de inteligencia e ingenio. 


Un buen trabajo sin duda que traerá mucho que hablar como lo hacen todos los buenos libros que como este destilan talento a mares y hacen que nuestros días y noches sean muchísimo más agradables y luminosos.

11 aforistas a contrapié. Edición, selección y prólogo de José Luis Morante. Ediciones Liliputienses, Mérida, 2020.

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OTRAS RESEÑAS:


Juan Manuel Uría, Dos por tarde


Rafael Ibáñez Molinero, La VIDA en minúscula


Felix Trull, Y de pronto, amanece


Javier Recas, Una aguda y grácil miniatura


Elías Moro, Lo inseguro


Emilio López Medina, La ignorancia


Hiram Barrios (ed.), Aforistas mexicanos actuales


AA.VV., Marcas en la piedra


J.L. Trullo y M. Neila (eds.), El cántaro a la fuente


Gregorio Luri: El amparo de las sombras


Miguel Catalán: Suma y sigue


León Molina: Tirar la piedra y esconder la mano


Miguel Ángel Gómez: Caída libre


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Miguel Ángel Alonso Treceño: Consciencia y viceversa


VV.AA.: Juega o muere. Los aforistas y lo lúdico


Francisco Ferrero: Un silencio propio


Carmet Canet y Javier Bozalongo: Cóncavo y convexo


Miguel Catalán: Suma breve


Gabriel Insausti: Estados de excepción


Rosendo Cid: Los consejos no son un buen sitio para quedarse a vivir


Javier Vela: El libro de las máscaras


Miguel Ángel Arcas: Los tres pies del gato


León Molina (ed.): La poesía es un faisán


Felix Trull: La lección de Pulgarcito


Javier Sánchez Menéndez: Concepto


Jesús Montiel: El amén de los árboles


Emilio López Medina: Del amor y todo lo que le es propio


Carmen Canet: La brisa y la lava


Eugenio d'Ors: Gnómica


Ricardo Virtanen: El funambulista ciego


Juan Manuel Uría: La ciencia de lo inútil


Antono Cabrera: Gracias, distancia


Antonio Rivero Taravillo: Vida en común


Emilio López Medina: El arte jovial


Mario Pérez Antolín: Crudeza


Fili Mei. Los aforistas y la paternidad


Jacob Iglesias: Ovejas negras


Jaime Fernández: Maniobras de distracción


Francisco Ferrero: La revolución de la paciencia


Felix Trull: Líneas de flotación


Ramón Eder: Pequeña galaxia


Las cosas que no son. Los aforistas y Dios


Ramón Eder: Palmeras solitarias


Hiram Barrios: Apócrifo


Aitor Francos: Camas


Carmen Canet: Luciérnagas


Juan Eduardo Cirlot: Aforismos del no mundo


Manuel Neila: El juego del hombre


Carmen Camacho: Fuegos de palabras


Gabriel Insausti: Saque de lengua


Victoria León: Insomnios


Ander Mayora: El páramo


Eliana Dukelsky: Crianza


León Molina (ed.): Verdad y media


Sergio García Clemente: Mirar de reojo


Benito Romero: Horizontes circulares