Cuestionario Chamfort: Emilio López Medina


Foto de José Luis Trullo
Emilio López Medina nació en Jódar (Jaén). Licenciado en Filosofía por la Universidad de Valencia y doctor por la de Granada con una tesis sobre Jaime Balmes, ejerce actualmente como profesor titular de la Universidad de Jaén. Es autor de diversos libros y estudios de carácter académico, así como de una amplia obra aforística que ha comenzado a publicarse en volúmenes tales como El dolor (2011), 69 aforismos porno & 96 aforismos antisexistas (2015), El arte jovial (2018) y Del amor y todo lo que le es propio (2018). Ha sido incluido en las antologías Fili mei. Los aforistas y la paternidad y Juega o muere. Los aforistas y lo lúdico, así como en el Anuario del Aforismo Español 2018. Es inminente la publicación de su próximo libro, La ignorancia.

1. ¿Recuerda cuándo empezó a escribir aforismos de una forma consciente, es decir, comprometido con el género en cuanto autor?

Sí. Y además de una manera muy precisa. Había roto con mi novia, y ella me escribió una carta (en aquellos tiempos, 1982, no había ni correo electrónico, ni whatsapp…, ni siquiera había móviles), a la que enseguida me dispuse a contestar. Para ello fui hilvanando frases, considerandos, reflexiones e ideas sobre el amor y la vida que pudiera emplear para darle relevancia y expresividad a mi respuesta. Pero he aquí que todas esas ocurrencias me fueron sucediendo en un viaje desde Valencia a Jaén en un Seat 600, y como era claro que después no podría recordarlas todas ni en su cantidad ni en su rotundidad (fruto de la espontaneidad), comencé a anotarlas para que no se me olvidaran (lo cual, sea dicho de paso, me obligó a hacer numerosísimas paradas en las márgenes de la carretera, en lo que tampoco había mayor problema, pues que las autovías ni existían). Al final del viaje y, cuando al otro día me puse a contestar la carta y comencé a ordenar los fragmentos, me di cuenta que éstos constituían unidades de sentido por sí mismos y que, debido a sus características, podían formar un elenco parecido a aquellos libros de pensamientos breves, aforísticos en su mayoría, a los que, en verdad, no había prestado mucha atención en mi trabajo de Filosofía, “ciego” como estaba por aquellos años en el estudio de la Lógica Matemática. Los aforismos me hicieron “ver la luz”.

Desde entonces no he dejado de dedicarme a este género del pensamiento breve, compatibilizando todo con mi labor en la Universidad, si bien no es hasta hace poco –al decir poco quiero decir 12 o 14 años– que me he dedicado a sistematizarlos y publicarlos, y sobre todo ahora que estoy jubilado… Pero últimamente me estoy dando cuenta que tal es la cantidad de material que he venido acumulando que creo que me va a faltar vida. Ha sido un error dejarlo todo “para después”.

2. ¿Cuál es su método de creación y composición de aforismos? ¿Los corrige de forma concienzuda, o prefiere respetar la primera 
intuición?

Para contestar a esto, mejor le hago una descripción de todo el proceso. En mi caso, está claro que el aforismo nace, al menos en mí, como una intuición que suele ocurrir al modo de una visión más o menos lógica, más o menos emocional: como un destello de comprensión de una realidad que surge espontáneamente y a veces en los momentos y situaciones más inopinados (en el cuarto de baño, conduciendo, paseando o discutiendo), pero también leyendo mucho… Es impredecible la situación.

El principio general es respetar esa primera intuición porque conserva todo el frescor y la fuerza de la espontaneidad, salsa del aforismo. Ocurre, naturalmente, que esa espontaneidad a veces lleva mucha broza y adherencias espurias, y se presenta un poco a las bravas. Entonces es necesario un trabajo de pulimento. Pero siempre con cuidado de que no pierdan esa rotundidad y vigor prístino con que nacen.

Donde sí que realizo una labor muy concienzuda y tediosa, que me lleva mucho tiempo –quizás más que componerlos–, es en la de prepararlos y ordenarlos para su publicación. Y ello porque no puedo evitar –quizás por temperamento, quizás por deformación del ejercicio de la filosofía– presentarlos estructurados y vertebrados de manera que todo el conjunto tenga un sentido o, si se quiere, una unidad.

3. ¿Cuáles son sus aforistas de cabecera?

Esto es un poco complicado… Según qué temas y según qué momentos. En líneas generales prefiero aquellos aforismos que están más cerca de la reflexión. Por ello, quizás los aforistas con los que especialmente conecto serían: Schopenhauer, más relacionado con la búsqueda del sentido profundo de la vida; Gracián, que penetra como nadie en la (mala) naturaleza humana; los llamados moralista franceses de la Ilustración como Joubert o Chamfort… pero sobre todo La Rochefoucauld, magistral en fustigar la ética de su tiempo; otros, como Lichtenberg, por todo esto y más, y entre los modernos, Canetti… En fin, hay muchos. Respecto de Nietzsche –a quien suelo citar con mucha frecuencia–, me parece genial más bien como como psicólogo (como tal se define él mismo) de la cultura. Lo dejo para mis reflexiones precisamente sobre la cultura, en la que todavía este filósofo tiene mucho que decir.

4. Dígame su aforismo favorito, aquel que envidia no haber escrito usted.

¡Qué difícil me lo pone! La verdad es que hay tantos, que me cuesta seleccionar alguno. Ni siquiera sería capaz de evocar todos los que me gustan. Pero hay uno que me viene recurrentemente a la cabeza cuando percibo y observo los variopintos “eventos consuetudinarios que acontecen en las rúas” y que modernamente nos transmiten los periódicos y la televisión: es aquel de Mark Twain que dice que “desde los tiempos de Adán, los tontos están en mayoría”, al que en mi libro La ambición yo añado la apostilla “…y desde los tiempos de Caín, lo están los hijoputas”.

5. ¿Recuerda el mejor aforismo sobre el aforismo que haya leído?

Como en el caso de los aforistas, hay muchos que me gustan mucho. Pero en esta ocasión recuerdo aquellas palabras de Nietzsche que, siendo algo más que un aforismo, describen muy bien su esencia: “El aforismo es la forma de la eternidad; mi ambición es la de decir en diez frases los que otros dicen en un libro, lo que ningún otro dice en un libro”, y que yo expresé de alguna manera al estilo pueblo en El arte jovial con aquello de que el “aforismo es la eyaculación precoz del análisis”.

6. ¿Qué lugar ocupa el aforismo en su actividad creadora, respecto a otros géneros?

En estos momentos, dedicación plena. Como le he dicho antes, estoy jubilado y puedo emplear en ello todo el tiempo del mundo. Hasta ahora había escrito sobre todo textos académicos, y fuera de estos una obra de teatro premiada por la Casa de España en Paris, así como una novela que aún permanece inédita (independientemente de algunas colaboraciones literarias en periódicos y revistas de carácter universitario). Aparte de ello, no he vuelto a la Literatura sino a través del aforismo.

7. ¿Cree que se está produciendo en España cierta burbuja aforística?

Creo, sencillamente, que se está enfatizando un género que hasta ahora había estado en un segundo plano. Y lo había estado quizás por aquella su misma naturaleza de no llegar a componer obras de gran configuración y sistema, que es a lo que nos tenía acostumbrados la Filosofía. Ahora ocurre que la gente no demanda estas obras tan voluminosas y extensas, sino que la vida moderna requiere que las consideraciones sobre la vida y el mundo se exhiban de una manera más rápida y sintética, e incluso de persistencia más fugaz, como fugaces son los acontecimientos. Es un producto de la prisa, y la prisa es un producto de la rapidez, y la rapidez lo es de los medios de comunicación. Así que finalmente podría decirse que quizás es un producto de los medios de comunicación, que van acabando con aquellas obras de gran formato que se pretendían de gran calado y que requerirían de reposo y reflexión pausada, y, por tanto, de todo el tiempo del mundo. Si a ello añadimos que la gente ahora se comunica y se ilustra en gran medida por imágenes y mentiras…, pues eso, imagina.

Pero volviendo a la sustancia de la pregunta: no es que haya burbuja (un poco sí que se rebajará el nivel). Es que ahora han conseguido meter al aforismo, al género aforístico, en la dinámica de la banalidad general. Lo que no quiere decir que el verdadero aforismo haya de banalizarse. Todo lo contrario: es la manzana que podría sanar a las demás.

8. ¿Qué influencia cree que pueden haber ocasionado ciertos fenómenos sociales (como la publicidad o las redes sociales) en el actual boom del aforismo?

En cierto modo ya he contestado a esta pregunta con la anterior. La influencia es en doble sentido: las redes exigen concisión debido a su voluminoso y rápido mercado, y el receptor, el humano, también la exige para poder interactuar. Todo lo cual demanda brevedad. Y para ello la síntesis, la expresión breve, es la forma ideal en esta interacción. Por tanto, se trata de un mecanismo de retroalimentación. Todo en aras de la rapidez de que hablaba antes. No quiero decir que el aforismo haya surgido por este mercado, sino que el aforismo, que ya estaba allí desde que el hombre empezó a ejercer su más rudimentaria forma de educación (consejos, preceptos, etc.), se ha integrado o lo han integrado por su brevedad y su valor en esta trama de los medios. Y no hablo solo de tuits, wasaps, etc. sino de todo tipo de secuencias textuales modernas.

9. ¿Qué virtud y qué peligro puede tener el aforismo respecto a otros géneros literarios?

La virtud, como la de cualquier otro género literario, es la de complementarse con los demás, ofreciendo, de esta manera, un cromatismo distinto en la “paleta” del arte y el pensamiento. Quizás lo que aporta es una síntesis de sentido de la perspectiva de que se trate, que a otras artes, que se mueven más en el terreno de los anecdótico (desde la novela hasta un lienzo), les falta.

Su peligro es quizás la banalización a que me he referido antes: que quede como una sarta de ocurrencias que nada dicen, conmocionan, ilustran o comunican sobre el mundo o la vida. Pero este es un peligro común a todas las artes.

10. Para terminar, obséquieme con un aforismo inédito, nunca antes publicado en ningún otro sitio.

Debido a mi costumbre, o tal vez vicio o deformación profesional por el trato con la filosofía, a que me he referido antes, tengo tendencia a hacer aforismos encadenados en su orientación –en esto sigo los pasos de mi admirado Gracián– y así mis aforismos suelen presentarse en bloques amplios de sentido: es decir, que cada parte puede tomarse como un aforismo en sí mismo, pero que el conjunto le da una mayor amplitud en su perspectiva. Por ello, y puesto que estoy obligado a escoger uno y solo uno, me decantaré por alguno que podría servir como representación de esta mi forma de proceder; por ejemplo, uno que se halla en el libro La ignorancia, de próxima aparición. Dice así: “A los tontos, el sabio les parece tonto, y el granuja sabio. A los granujas, el tonto les parece tonto y el sabio un granuja. A los sabios, el tonto les parece tonto, y el granuja un tonto que parece sabio”.





El Aforista está sometiendo a los aforistas españoles vivos al Cuestionario Chamfort, un escrutinio acerca de sus métodos de creación, influencias, etc. Se trata de una lista de preguntas cerrada, siempre la misma, a la que los autores pueden responder a su albur, y a quienes agradecemos desde aquí su gentileza.


Ramón Eder

Ramón Eder (Lumbier, 1952) es uno de los autores más destacados del panorama aforístico español. Ha publicado, entre otros, los libros La vida ondulante, Ironías, Pequeña galaxia y Palmeras solitarias (Premio AdA 2018 al mejor libro de aforismos), los cuales destacan por su sutil humorismo y su profundo dominio de la técnica creativa. Su último libro publicado hasta la fecha es El oráculo irónico (2019).

Ander Mayora

Licenciado en Humanidades, Ander Mayora (Éibar, Guipúzcoa, 1978) ha vivido en Mozambique y Londres, y actualmente reside en San Sebastián. Forma parte de la que algunos han llamado la "escuela vasca" aforística, en la cual se incluyen también Aitor Francos o Karlos Linazaroso y, en una generación anterior, Ramón Eder y Karmelo C. Iribarren. Tras su sorprendente -por lo serio y profundo- primer libro de aforismos, La clemencia del tiempo (Los Papeles del Sitio, 2015), ha publicado El Páramo (Trea, 2018), donde confirma y aquilata las promesas allí intuidas. Acaba de ganar el Premio AdA de Aforismo al Autor revelación de 2018. Aparte, como poeta ha publicado Año adentro (Poesía al Albur, Sevilla, 2018). Su próximo libro, de próxima aparición, se titula De la vida exterior.

Francisco Ferrero

Francisco Ferrero nació en Melilla, en 1980. Estudió la licenciatura en Filosofía, y con posterioridad el grado en Antropología Social y Cultural, ambos en la UNED. Es miembro del Forum Filosófico de Melilla. En sus propias palabras, "he cultivado y experimentado, desde la niñez, y profusamente, varios géneros literarios, aunque tengo una marcada inclinación por la expresión en forma de ensayo, poesía y todas las formas de aforística". La revolución de la paciencia (Libros al Albur, 2018) fue su primer libro, compuesto por casi 300 aforismos que configuran una voz propia, sin dejar de entroncar con la gran tradición del género más breve. Recientemente ha ganado el Premio Internacional de Aforismos José Bergamín con el libro Un silencio propio, que publicará en breve Cuadernos del Vigía.


Jaime Fernández 

Jaime Fernández Martín (1960) es periodista y ensayista literario. En 2009 publicó su primer libro, De claro en claro: Una lectura de El Quijote (Editora Regional de Extremadura). Al año siguiente publicó el estudio literario La ciudad de los extravíos. Visiones venecianas de Shakespeare y Thomas Mann, (Fórcola), en el que analiza El mercader de Venecia La muerte en Venecia, estableciendo una curiosa comparación entre los personajes principales de ambas obras sobre el telón de fondo de la ciudad de los canales.  En su libro Hitler, el artista del mal (Almuzara, 2012), desmenuza la mentalidad del dictador alemán y de la ideología nacionalsocialista a partir de su peculiar concepción del arte. Con motivo del centenario de Por el camino de Swann, en 2013 publicó El almuerzo en la hierba (Hermida Editores), una amplia selección de pensamientos extraídos de En busca del tiempo perdido, de Marcel Proust, en traducción de María Teresa Gallego y Amaya García. En 2018 ha logrado el I Premio de Aforismos La Isla de Siltolá por Maniobras de distracción, que acaba de ser publicado por la editorial convocante.


Carmen Canet

Carmen Canet (Almería, 1955) es Doctora en Filología Hispánica por la Universidad de Granada y Profesora de Lengua y Literatura. Ejerce la crítica literaria en periódicos y revistas desde 1980, y actualmente colabora en Cuadernos del Sur del Diario de Córdoba, en Los Diablos Azules de infoLibre, en Zurgai, Clarín y Turia, entre otros medios. Tiene publicados diversos trabajos de investigación, propuestas educativas y didácticas, estudios sobre revistas literarias y rutas literarias, así como ensayos sobre la escritura aforística. Ha sido incluida en varias antologías poéticas. En el ámbito de la escritura breve, ha publicado Malabarismos (2016) y Luciérnagas (2018); ha editado Él mide las palabras y me tiende la mano. Aforismos en la obra de Luis García Montero (2017); y ha sido incluida en Bajo el signo de Atenea. Diez aforistas de hoy (2017) y Concisos. Aforistas españoles contemporáneos (2017).


Ricardo de la Fuente

Ricardo de la Fuente (Sacramenia, Segovia, 1956) es catedrático de Sanidad Animal en la Universidad Complutense de Madrid, donde se licenció y doctoró. Es autor de centenares de trabajos científicos y de textos de carácter pedagógico y divulgativo. Ganó el IV Premio Internacional de Aforismos José Bergamín con su libro Andar en la niebla (Cuadernos del Vigía, 2017).


Jesús Cotta

Jesús Cotta nació en Cártama, en 1967. Estudió la carrera de Filología Clásica. Desde hace años reside en Sevilla y actualmente imparte clases de Filosofía y Griego en el IES Martínez Montañés de la capital hispalense. Publicó sus primeros poemas en la revista Nadie parecía. Es autor de ensayos como Topicario. Arpones contra el pensamiento simple o Ulises y las sirenas. El dilema de la infidelidad. También ha escrito la novela Las vírgenes prudentes y los libros de poemas A merced de los pájaros y Menos la luna y yo. Como aforista ha publicado Cometario (La Isla de Siltolá, Sevilla, 2015). Es miembro de la tertulia literaria Los Mercuriales.


Ramón Andrés

Ramón Andrés (Pamplona, 1955) es ensayista, pensador y poeta. En el ámbito terreno literario y ensayístico, ha publicado los libros Tiempo y caída. Temas de la poesía barroca (1994), Historia del suicidio en Occidente (2003), ampliado y editado bajo el título: "Semper dolens". Historia del suicidio en Occidente (2015), No sufrir compañía. Escritos místicos sobre el silencio (siglos XVI y XVII) (2010-2015) y Pensar y no caer (2016). Entre sus libros de poemas cabe citar La línea de las cosas, Premio Ciudad de Córdoba (1994), La amplitud del límite (2000) y su reciente Poesía reunida y aforismos (2016). Como aforista, ha publicado el libro Los extremos (2011) y es autor de Puntos de fuga (2012-2015).


Juan Kruz Igerabide

Juan Kruz Igerabide (Aduna, Gipuzkoa. 1956) en la actualidad es maestro de primaria. Licenciado en Filología Hispánica y doctor en Filología Vasca. Autor de aforismos, poemas, narrativa y literatura infantil. Ha publicado diversos libros de aforismos en euskera, recogidos en español en También las verdades mueren (Alga-Alberdania, 2004) y Breviario perplejo (Trea, 2017). Egirabide responde al Cuestionario Chamfort para esclarecer los aspectos esenciales de su quehacer literario.


Sergio García Clemente

García Clemente (Santa Cruz de Tenerife. 1974) es licenciado en Derecho por la Universidad de La Laguna. Ha publicado poemas, aforismos y artículos en diversas revistas digitales como El rincón del haiku, Revista Almiar, La nave de los locos, Documenta minima, Oculta Lit, Piedra y Cielo o El Aforista. En el año 2013 obtuvo el I Premio Internacional José Bergamín de Aforismos por la obra Dar que pensar (Cuadernos del Vigía, 2014), sello editorial que también acogió, en el año 2017, su segundo libro de aforismos, Mirar de reojo. Asimismo, ha sido incluido en algunas antologías del género aforístico.


Aitor Francos

Francos es el ganador del III Premio Internacional de Aforismos José Bergamín, convocado por la editorial granadina Cuadernos del Vigía. Aitor Francos (Bilbao, 1986) ha publicado hasta la fecha los libros Igloo (Renacimiento, 2011. XIV Premio Surcos), Un lugar en el que nunca he escrito (Renacimiento, 2013), Libro de las invitaciones (Baile del sol, 2013), Las dimensiones del teatro (La Isla de Siltolá, 2015) y la plaquette Ahora el que se va soy yo (4 de agosto, Colección Planeta Clandestino, 2014). Escribe crítica y artículos para suplementos como ElCuaderno y Pérgola, y en revistas como Quimera.


Jordi Doce

Jordi Doce (Gijón, 1967) es poeta, crítico y traductor. Doctor en letras por la Universidad inglesa de Sheffield. Traductor, ha publicado los poemarios Lección de permanencia (Pre-Textos, 2000), Otras lunas (XXVIII Premio de Poesía Ciudad de Burgos; DVD, 2002) y Gran angular (DVD, 2005). En prosa ha publicado Hormigas blancas (Bartleby, 2005), Imán y desafío (V Premio de Ensayo Casa de América; Península, 2005), Curvas de nivel y Perros en la Playa (La Oficina, 2011).


Gabriel Insausti

Nacido en San Sebastián en 1969, poeta, traductor y profesor de literatura. Es Doctor en Filología Hispánica y en Filología Inglesa. Desempeña su labor docente en el departamento de Literatura hispánica y Teoría de la literatura de la Universidad de Navarra. En el género aforístico, la editorial Renacimiento de Sevilla acaba de publicar Preámbulos, donde se recopila una buena parte de su quehacer en este campo.


León Molina

El autor, nacido en Cuba y residente en Albacete, ha publicado su primer libro de aforismos en 2015, Mapa de ninguna parte, el cual ha sido saludado por la critica como uno de los hitos del género en castellano de los últimos años. Aparte, es dueño de un hondo decir poético, plasmado en títulos como Llegar El taller del arquero.


Carmen Camacho

Joven autora dotada de una inventiva fértil y provocadora, Camacho es conocida, aparte de por sus originalísimos aforismos y contraaforismos, por su labor didáctica y docente (organiza talleres de creación de aforismos con regularidad) y por su vocación dinamizadora de todo tipo de eventos literarios y culturales.


Elías Moro

Moro, que actualmente reside en la ciudad extremeña de Mérida, es poeta y narrador, aparte de prolífico aforista. Su libro El juego de la taba lo dio a conocer al público lector del género más breve, y en 2015 ha publicado Algo que perder, con el que confirma su don natural para la expresión rápida y concisa.


José Luis Morante

Morante, cuya obra poética ha mericido el  Premio Luis Cernuda, el Internacional de Poesía San Juan de la Cruz, o el Hermanos Argensola. Ha publicado varios libros de poesía y ensayo literario. Es responsable del blog Puentes de Papel. En el género aforístico, escribió Mejores días y acaban de aparecer sus Motivos personales (2015).


Mario Pérez Antolín

De uno de los libros de Pérez Antolín dijo Eugenio Trías que "está lleno de chispazos de inteligencia y sabiduría que acreditan el oficio del que escribe". Victoria Camps, por su parte, elogio de él que "muestra con su escritura que el pensamiento es capaz de emocionar al dejar de ser ese discurso árido que sólo sabe enlazar abstracciones y nos distancia del mundo".


Manuel Neila

Neila es poeta, crítico literario y traductor. Su interés por las “formas breves", en general, y por el aforismo, en particular, se viene materializando en libros como El silencio roto, Pensamientos de intemperie (que incluye una selección de los cuadernos El silencio roto, Palabras en vilo, La voz desnuda, Juicios en alarde) y Pensamientos desmandados, que acaba de aparecer en Ediciones de La Isla de Siltolá.



 aforistas.com



Aforistas españoles vivos

Como un suculento y nutricio menú degustación ha sido mi lectura de este Aforistas españoles vivos que Libros al Albur ha puesto al alcance de los lectores aficionados al género. Un espléndido menú de once platos sabiamente combinados en los que, en variadas dosis y tiempos de cocción, y picando de aquí de y de allá, se paladean todos los sabores conocidos, si bien, al menos para quien esto suscribe y acaso producto de los tiempos que corren, lo ácido y lo amargo se llevan la palma.



De los aforismos de Lichtenberg, que tradicionalmente han conocido una excelente acogida en el mercado editorial español, existen tres ediciones distintas, publicadas por Edhasa, Cátedra y Fondo de Cultura Económica. Este volumen publicado por Hermida Editores, el primero de la obra completa que ahora se publica en traducción de Carlos Fortea y prólogo de Jaime Fernández, recoge los tres primeros cuadernos según la edición canónica publicada en alemán, con lo cual nos encontramos ante una novedad de importancia dentro del género en español.



Los Aforismos de Oscar Wilde que recopila Gabril Insausti en esta edición recientemente editada por Renacimiento, dentro de la magnífica colección A la mínima dirigida por Manuel Neila, suponen una magnífica demostración del inmenso talento del autor para el género más brave. Se trata, en su mayoría, de frases entresacadas de sus propias obras, que avalan la capacidad sintética, incluso sentenciosa, del irlandés.


Ilusión y verdad del arte, de Nietzsche

Ilusión y verdad del arte es una antología de pensamientos de Friedrich Nietzsche en torno al tema de la ilusión y la autenticidad en el arte. Escogidos, traducidos y prologados por Miguel Catalán, dan una visión panorámica de las ideas del filósofo alemán sobre la función y el sentido del arte en la vida humana. Aunque el orden de los textos es temático y no temporal, por estas páginas van pasando ante los ojos del lector las distintas fases del pensamiento de Nietzsche hasta los casi desconocidos fragmentos póstumos.



Reflexiones del señor Z. no es un libro de aforismos, en el sentido clásico del término: sus 259 textos, más o menos breves todos ellos, encajan mal con la aspiración más o menos moral, más o menos sapiencial, del lapidario género más breve. Aquí, unos llevan a otros, como cuentas distintas de un mismo collar. Reflexiones del señor Z. tampoco es un libro de microrrelatos, entendidos como lentejuelas narrativas que brillan un momento, cuando incide sobre ellas la luz de la lectura, y luego se apaga. En este caso, la luz rebota y va dando saltos, sin encontrar un posadero al final.



La ventana invertida, del filósofo y mago Miguel Catalán, no es su primer libro. Ni es el primer libro suyo que leo. A Catalán, como a mí, le gusta lo breve. Seguramente, al igual que yo, lo ha leído todo. Sin duda es un lector exhaustivo, pero se queda con lo nuclear, lo contundente, lo esencial. Y todo ello le inspira lo propio. Esta “ventada invertida” lo presupone. Se nota que tiene un gran dominio de la concisión, al menos para expresar sus pensamientos por escrito. Y yo se lo agradezco profundamente. Esta ventana suya nos ofrece las reflexiones que se hace a sí mismo sobre su entorno más interno y externo.



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